Solo un centenar de senadores han apoyado los vetos, frente a 155 votos en contra, los mismos que han dado el visto bueno a la proposición de ley impulsada por el PSOE para regular la ayuda médica a morir.
La votación ha tenido lugar horas después de un largo debate celebrado por la mañana en el hemiciclo, que ha concluido con un aplauso a los familiares de Maribel Tellaetxe y María José Carrasco (pacientes que sufrían enfermedades incurables y que solicitaron la eutanasia antes de fallecer), presentes en la tribuna de invitados.
«Hoy es un día para la satisfacción», ha afirmado la senadora del PSOE María Esther Carmona, que se ha felicitado por el «sólido» apoyo parlamentario al texto, «una buena ley», ha dicho, que responde a un «clamor social» que pide despenalizar y regular la eutanasia.
Ha defendido que se trata de una ley «cargada de humanidad», respetuosa, que no «señala» ni «estigmatiza» a nadie y que cuenta con todas las garantías para las personas que soliciten la ayuda a morir y para los profesionales que la presten.
En este contexto, ha acusado al PP y a Vox de intentar generar «miedo y ruido» y ha agradecido la labor de quienes de manera desinteresada han trabajado por la ley y recogieron un millón de firmas en apoyo a la regulación de la eutanasia.
Con su veto, el PP ha rechazado un texto que considera de «dudosa constitucionalidad» y que, ha denunciado, deja desprotegidos a los más frágiles, los mayores y las personas con enfermedades crónicas y discapacidad, a los que «estigmatiza», «discrimina» e «invita» a poner fin a su vida.
«Hay que aliviar el sufrimiento y nunca eliminar al que sufre; el Estado no puede pasar de proteger la vida, a causar la muerte», ha denunciado el senador popular Antonio Román, quien ha enmarcado la ley en «la agenda ideológica de un gobierno que busca la confrontación social» y liderar la «progresía mundial«.
Tanto el PP como Vox han reivindicado la mejora de los cuidados paliativos frente a la eutanasia, han denunciado que no se hayan pedido informes a órganos consultivos, y han criticado aspectos concretos de la propuesta, como la obligación de que los médicos objetores de conciencia se inscriban en un registro o la consideración de «muerte natural» la provocada por la eutanasia.
El senador de Vox José Manuel Marín ha calificado la ley de eutanasia de «injusta e inoportuna» y ha destacado que «nadie tiene derecho a provocar la muerte de un semejante gravemente enfermo, ni por acción ni por omisión».
Marín ha preguntado al PSOE si puede afirmar que no se coaccionará a las personas más vulnerables, «en residencias y domicilios, por médicos privados que cobrarán por ello», y ha acusado al Gobierno de querer instaurar «la industria de la muerte».
«Para esta ley no hay vidas indignas, sino procesos de sufrimiento que atentan contra la dignidad de la vida», ha respondido el senador socialista Francisco Javier de Lucas, que ha recordado que esta norma no impone la eutanasia a nadie, sino que ofrece un derecho.
Todos los grupos que han rechazado los vetos del PP y de Vox han subrayado que la eutanasia no es incompatible con los cuidados paliativos, sino que son procesos complementarios, pues la ayuda a morir permitirá poner fin a un sufrimiento que los cuidados no pueden paliar.
Ciudadanos ha defendido la regulación de la eutanasia como un avance en la libertad, pero ha lamentado la «escasa» calidad normativa del texto, crítica que han repetido varios portavoces.
Koldo Martínez (Geroa Bai) ha tachado la ley de «deficiente» al contener «errores de bulto» y ha acusado al PSOE de no haber querido despenalizar o regular esta prestación en forma de suicidio asistido. «Lo lamento hoy y lo lamentaré durante mucho tiempo».
ERC, Bildu, Compromis, JxCat y el grupo vasco han votado a favor del texto, mientra que UPN lo ha rechazado y el Partido Aragonés ha optado por la abstención. EFE
M.M.M.