Esta fundación ha advertido, en un comunicado, de que la llegada del verano ha supuesto el cierre de instituciones y bancos de alimentos de los que dependían miles de familias vulnerables para abastecerse y que ahora dependen de su banco para poder comer cada día.
Por ello, ha hecho un llamamiento a empresas y particulares «de buena voluntad» para abastecer de lo necesario al Banco del Bebé, la entidad que más alimentos e higiene de niños reparte en Madrid y que con la carencia de productos y el cierre de los principales bancos de alimentos centrales entre julio y septiembre no podrá hacer frente en solitario a toda la demanda de las familias.
Según esta entidad y aunque las denominadas «colas del hambre» han disminuido en un 52 % tras el fin del estado de alarma, el 48 % de las personas que están acudiendo a pedir ayuda al Banco del Bebé se encuentran en una situación mucho más precaria de lo que estaban antes de la covid-19.
Desde Fundación Madrina alertan de una «nueva pobreza estructural» que estiman que puede durar unos 7 años, que incluye la pobreza infantil y la exclusión social de muchas familias que viven prácticamente en la calle y no consiguen incorporarse a un puesto de trabajo.
A todas estas familias se sumarán aquellas que han finalizado sus ERTE o tienen un trabajo precario y que, según la fundación, tendrán que acudir al Banco del Bebé por no tener ingresos suficientes para afrontar sus necesidades básicas. EFE
A.M.