Los trabajadores, principalmente empleadas de hogar, han asegurado que llevan más de un mes para reivindicar unos «derechos mínimos», ya que no pueden volver a sus hogares ni ver a sus familiares y están «atrapados» en Ceuta.
«No pedimos la nacionalidad, solo unos derechos mínimos», ha declarado a los periodistas Rachida Jraifi, que ha ejercido como portavoz de los trabajadores y ha reconocido que «estamos fatal, hay gente que está en depresión, tomando pastillas para dormir, esto es muy duro».
La mayoría son mujeres que trabajan en hogares ceutíes, acompañando en muchas ocasiones a personas mayores. «No tenemos los mínimos derechos, un ejemplo es el de una compañera que falleció la señora para la que trabajaba, ahora no pueden hacerle otro contrato ni darle de alta. No puede trabajar y está parada, no puede salir a Marruecos porque no hay salida».
Los trabajadores se han concentrado con pancartas donde se podía leer «Posibilidad de ver a nuestros seres queridos» o «toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y regresar a su país», o «todo ser humano tiene derecho, en todas partes, a la personalidad jurídica».
Los trabajadores han solicitado reuniones con la Delegación del Gobierno, el Ministerio de Interior, al Defensor del Pueblo, y hasta le han enviado un escrito vía electrónica al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero han asegurado que no reciben ninguna respuesta.
«No queremos salir y quedarnos allí, queremos salir y poder volver, no perder nuestro puesto de trabajo. Estamos cotizando en España y estamos en Ceuta donde las leyes son españolas, por eso reclamamos al Gobierno español nuestros derechos», ha añadido la portavoz.
Los trabajadores transfronterizos han reclamado la ayuda de las autoridades competentes, al estimar que más de 500 viven actualmente en Ceuta, muchos de ellos en situación precaria. EFE
A.M.