Además, el periodo de cobertura de hielo se ha reducido en diez días, ya que la capa se forma más tarde y se funde antes, situaciones que solo se explican por las emisiones de efecto invernadero desde la revolución industrial.
«Estas propiedades físicas son fundamentales para los ecosistemas lacustres», ha manifestado el autor principal del estudio, Luke Grant, que añade que «muchas especies ya están notando estos cambios y, a medida que los impactos continúen aumentando, se corre el riesgo de dañarlos gravemente, incluida la calidad del agua y las poblaciones de peces autóctonos».
El informe contempla diferentes escenarios de futuro y precisa que, en uno de bajas emisiones a finales del siglo XXI, el calentamiento medio de los lagos se estabilizará en 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales y la duración de la capa de hielo será dos semanas más corta.
Si por contra no se ha puesto freno, estos cambios podrían conducir a un incremento de temperatura de cuatro grados y a 46 días menos de hielo.
Uno de los investigadores del ICRA y coordinador de la red internacional que ha coordinado el trabajo, Rafael Marcé, ha explicado que la relevancia del estudio es que, «por primera vez, se puede descartar que estos cambios observados estén causados por la variabilidad natural del sistema climático». EFE
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