«Estás como una foca», «eres una hija de perra», «tienes las tetas como una vaca lechera» o «vas pintada como una mona» son algunas de las expresiones que Luis Amavisca y Silvia Pulido (Premio Nacional de Ilustración 2020) han recogido en este libro ilustrado publicado por la editorial Nube 8 en el que han reunido a las víboras, las lagartas, las perras, gatas en celo o las conejas.
«Animalas» antropomórficas dibujadas por Pulido (Premio Nacional de Ilustración 2020) a las que dan voz con el objetivo de poner de manifiesto el machismo que existe en estas expresiones populares que escuchamos todos los días.
«Los tenemos muy asumidos, muy integrados en nuestra manera de hablar, y no prestas atención a lo que significan, pero cuando pones el foco hay mucho que evaluar», dice Pulido a Efe en una entrevista en la que deja de manifiesto cómo su manera de trabajar siempre está comprometida con la realidad.
Y así, siempre de la mano de la ironía, en cada página cada una de las protagonistas suelta un dardo o desacredita ese «San Benito» que se les ha colgado.
¿Por qué decir «tienes pelos de leona» cuando las leonas no tienen esa melena que rodea el cuello del llamado rey de la selva? o ¿por qué decir que las gallinas son putas cuando lo único que hacen es poner huevos?
«Recuerdo que durante la primera lectura me reía y me indignaba a partes iguales y cuando acabas de leerlo la sensación es francamente desagradable aunque te hayas reído», dice Pulido, una artista que con su arte consigue interpelar a los lectores.
Algo que resulta necesario porque, reconoce, todas estas expresiones las tenemos «muy asumidas e interiorizadas» en nuestra manera de hablar, algo que hace que no se «preste atención» a lo que significan expresiones como «esa es una cacatúa vieja».
«Cuando pones el foco hay mucho que evaluar». advierte la ilustradora.
Respecto a sus ilustraciones, esas que invitan a una reflexión más allá del texto de Amavisca, la artista catalana (Barcelona, 1973) asegura que cuando empezó a trabajar en este libro tenía «claro» que estos animales antropomorfos «tenían que resultar lo más neutro posibles» con el objetivo de situarlos en escenas cotidianas y así poner de manifiesto que estos seres vivos «no han hecho para recibir esos insultos».
En este sentido, los lectores disfrutarán con una foca haciendo una «peineta» cuando la llaman gorda, con un grupo de sofisticadas gallinas sentadas en un banco mientras intentan explicarse por qué las llaman putas o con dos monas que se están vistiendo y maquillando mientras se preguntan por qué se tienen que meter en cómo les gusta salir a la calle.
Y es que el machismo también se ha llevado al reino animal, algo que resulta «interesante» analizar porque si cambiamos el género en algunos de los refranes o dichos en los que son protagonistas el sentido deja de ser negativo y no «humillante».
Para prueba un botón: ser zorra es malo, pero ser zorro no; ser loba es hiriente, pero si eres un lobo te dedican hasta «un turrón».
Eso sí, para Pulido, entre todas estas «animalas» su favorita es «lagarta» al tratarse de un calificativo ya «demodé» y que le da mucha «ternura». EFE
Pilar Martín