jueves, noviembre 21, 2024
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La discriminación salarial en la Universidad: ellas enseñan, ellos investigan

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El informe «Brecha salarial de género en las Universidades Públicas Españolas», presentado este viernes y en la que han participado voluntariamente veinte de estas instituciones, revela que el grueso de esta brecha procede, sobre todo, de los complementos salariales, donde la distancia alcanza el 16,9 % de media.

Los complementos son la forma a través de la cual se retribuyen los méritos investigadores y de participación en proyectos científicos, formación o gestión, y acaban siendo el mecanismo a través del cual se materializa la discriminación salarial, añade el estudio del Ministerio de Universidades, la Aneca y la Conferencia de Rectores (Crue).

La delegada de Igualdad de la Crue, María Antonia Peña, ha explicado que hay quienes piensan que en la Universidad no puede haber diferencias salariales, porque los sueldos están tasados, pero la remuneración es «una suma de complementos».

En la Universidad, ha añadido, muchas mujeres tienen dificultad para la promoción y la estabilización profesional y la investigación «muchas veces se nutre de tiempo personal y privado».

Del informe se deduce que los varones tienen un acceso mayor al ingreso de este tipo de complementos probablemente por una menor carga de trabajo en el hogar, y así más disponibilidad para involucrarse en grupos de investigación; pero también porque el acceso a estos proyectos científicos se facilita desde posiciones más estables y con mejores condiciones laborales.

La brecha del 25,9 % generada por los sexenios de investigación, que son el complemento salarial de productividad científica, es de gran importancia para entender la desigualdad de género.

Estos sexenios son la herramienta para promocionar a categorías más estables, más altas y con mayores salarios, ya que solo los pueden solicitar el funcionariado de carrera o, en aquellas universidades con convenio con ANECA, los profesores contratados doctores (incluyendo también interinos).

Más allá de este complemento por productividad científica, que en parte da cuenta de la permanencia en la institución universitaria, se añaden otros complementos por antigüedad, como los trienios y quinquenios, que también presentan un alto índice de brecha salarial.

El estudio destaca la brecha que presenta el complemento específico asociado a cada categoría laboral, que se eleva al 19,4 %, y refleja la presencia mayoritaria de varones en las categorías de catedrático o equivalente, cuyas cantidades son más sustanciosas.

El estudio muestra cómo no hay apenas diferencias salariales al inicio de la carrera del personal docente e investigador (PDI), mientras que, a medida que avanza esta carrera profesional, en concreto entre los 30-39 años, la brecha se abre a su máximo coincidiendo con la edad de mayor acceso a la carrera docente.

Además, coincide con la franja de edad en la que las mujeres y los hombres suelen iniciar proyectos familiares, pero son las primeras las que ven su carrera y sueldo afectados por ello.

Se entiende por Brecha Salarial de Género (BSG) la diferencia entre las retribuciones brutas anuales medias de mujeres y hombres expresada en porcentajes, y el año de referencia para su cálculo ha sido 2020. EFE

 

A.M.

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