Se trata del informe «Discriminación racial en el ámbito de la vivienda y los asentamientos informales», impulsado por el Ministerio de Igualdad y que alerta del «racismo estructural» presente en la sociedad.
Durante su presentación, la directora general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, Rita Bosaho, ha recordado que según los datos del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, en 2020 un 31 % de las personas de origen étnico o racial percibieron discriminación en el acceso a la vivienda.
Y son las personas del África no mediterránea, las magrebíes y las pertenecientes al pueblo gitano las que, en términos generales, perciben de forma más evidente que son víctimas de esa discriminación.
En concreto, a un 17,7 % le negaron enseñarles la vivienda para alquilar o comprar, a un 20,8 % no quisieron alquilársela, y a un 20,1 % les pusieron problemas o más requisitos que al resto.
La responsable del área de investigación y evaluación de Provivienda, Elena Martínez Goytre, ha concluido que la vivienda es el ámbito en el que más se percibe la discriminación frente a otros como el empleo y es, además, el ámbito en el que más crece la discriminación.
Los estereotipos y prejuicios son los que están detrás de esta discriminación y se basan en la presunción de precariedad económica, mal uso del inmueble por parte del arrendatario y problemas de convivencia.
Mientras que el primero se asocia a que las personas de determinados grupos étnicos y poblacionales tienen peores condiciones laborales, el mal uso del inmueble refleja los prejuicios sobre los posibles desperfectos que sufriría el inmueble por alquilarlo a personas de un determinado grupo étnico o poblacional.
Esto se traduce -explica Martínez- en engaños y excusas sobre la disponibilidad de la vivienda, cláusulas y precios abusivos, solicitud de documentación y garantías excesivas o en el ofrecimiento de viviendas en peores condiciones o de menor calidad o ubicadas en zonas periféricas o vulnerables dentro de las ciudades.
Esto genera una concentración de los grupos étnicos y poblacionales que son objeto de discriminación racial en los llamados asentamientos que son «una de las expresiones más severas de la exclusión racial y residencial». De hecho, el 90 % de las personas que viven en asentamientos pertenecen a una minoría étnica.
El subdirector general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, Nicolás Marugán, ha lamentado que sólo se denuncia un 12 % de los casos de discriminación, debido al desconocimiento de los derechos y de los canales de denuncia, el miedo a represalias, ladificultad para demostrar que se ha sido objeto de discriminación racial, o la percepción de falta de eficacia y la falta de confianza en las instituciones.