Cuando estamos ante una casa de nueva construcción, estos temas suelen estar ya incluidos en el proyecto. El problema viene cuando vivimos en una casa más antigua, en la que no se ha realizado inversión alguna en estos temas. ¿Qué opciones tendríamos para aislarla? Lo cierto es que muchas.
Poner atención en las ventanas
Las ventanas son el principal punto de fuga de nuestra calefacción o aire acondicionado. Unas ventanas viejas pueden hacer que nuestra factura en suministros aumente considerablemente, además de hacer que una casa sea más fría.
Lo ideal es invertir en ventanas nuevas que cuenten con un doble acristalamiento. El doble vidriado hermético es una opción excelente para proteger nuestra casa del frío.
En el caso de las ventanas de aluminio, la rotura de puente térmico también es imprescindible. Este material, aunque cuente con doble vidrio, es muy conductor, pudiendo dejar escapar el calor fácilmente. Con el fin de evitar esas fugas, la rotura de puente térmico evita que la cara interior y exterior puedan tener contacto entre sí ¿cómo? Intercalando entre ambas partes un material no conductor.
Usar burletes y selladores
Es posible, también, mejorar la hermeticidad de ventanas y puertas sin necesidad de cambiarlas. En este caso, la mejor opción son los burletes.
Con los burletes vamos a reducir enormemente las pérdidas de calor, por lo que ahorraremos en calefacción, pero, además, también evitaremos que el polvo del exterior entre con tanta facilidad en casa.
Los burletes son unas tiras hechas con materiales aislantes que podemos colocar en los cantos de las puertas y en las ventanas.
Hay que añadir que el uso de selladores siliconados puede ser también muy interesante a la hora de reducir las juntas entre aberturas y muros. Si identificamos esta zona, podemos sellarlas y acabar así con la pérdida de calor por estas fisuras.
Aislar paredes
El aislamiento de paredes es, a todas luces, la mejor manera de mantener una casa con una temperatura confortable. Si bien es cierto que empezar desde cero es más sencillo, también hay opciones para las viviendas ya construidas. Materiales como el SUPAFIL pueden ser de lo más interesantes.
El aislamiento con SUPAFIL reduce enormemente las pérdidas de calor, siendo además un aislamiento acústico. Con este material podemos disminuir hasta un 50% nuestro consumo energético.
El SUPAFIL es un aislante termo-acústico hecho con lana mineral. Su instalación es muy rápida y se hace en pocas horas a través del exterior de la vivienda. Un equipo de profesionales inyecta el producto en las cámaras de aire que se encuentran en la fachada, entre los diferentes muros. Es una obra en seco que no va a generar ningún tipo de escombros y que no plantea molestias a los habitantes de la casa.
Pilar Moreno