Partió a pie desde Alcalá de Henares, en Madrid, el pasado 8 de enero, en dirección a Qatar para ver el Mundial de fútbol. Sin embargo, se le perdió la pista hace tres semanas en algún punto entre el Kurdistán iraquí e Irán. Su nombre es Santiago Sánchez Cogedor, un español que desapareció el 2 de octubre cuando se dirigía al país asiático que acogerá la máxima competición deportiva del planeta. Ahora, al fin, y tras casi un mes con la familia en vilo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha podido confirmar la noticia que habían adelantado varios medios iraníes: Santiago se encuentra preso en una cárcel de Irán. Su familia sabe que se encuentra en buen estado de salud, y esperan la gestión del Ministerio de Exteriores, que ya ha activado el protocolo de asistencia consular.
En declaraciones a EFE, su hermana Natalia explica que Santiago “simplemente pasaba por allí, no tiene nada que ver con nada”. Asegura también que “no hay ninguna imputación ni ningún cargo contra él”, y que “sólo atravesaba a pie el país camino de Qatar para asistir al mundial de fútbol”. La embajada española en Irán ya ha solicitado que el personal diplomático español pueda visitarle lo antes posible para conocer de cerca la causa, e iniciar las gestiones para su liberación.
Detenido mientras visitaba la tumba de Mahsa Amini
El canal de televisión Iran International había informado de que Santiago fue detenido junto a su traductor tres semanas atrás, mientras visitaban la tumba de Mahsa Amini, la joven que murió en septiembre durante una detención por llevar mal puesto el velo islámico, unos hechos que originaron protestas por todo el país y la consiguiente represión por parte del Gobierno. Más tarde, Hengaw Organization for Human Rights (grupo opositor kurdo-iraní) añadía que Santiago estaba “recluido en el centro de detención de la Inteligencia iraní en Sanandaj”, al este del país.
El objetivo de Santiago no era otro que viajar a pie desde Alcalá de Henares hasta Qatar, país donde el próximo domingo 20 de noviembre empezará el mundial de fútbol. Su viaje lo realizaba arrastrando un carrito con ruedas donde llevaba sus enseres y era seguido a través de su cuenta de Instagram por más de 44.000 personas.