viernes, noviembre 22, 2024
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 “Lo que hace que el pelo se caiga es la testosterona”

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Actualmente, el sector de la peluquería ha experimentado un auge, debido, entre otros motivos, a las nuevas tendencias de moda traídas de Latinoamérica. Adolescentes y adultos visitan sus peluquerías de confianza, en el mejor de los casos, cada dos o tres semanas (a veces más pronto) para repasarse su degradado o retocarse. Algunos optan por el pelo largo, pero en la mayoría de los casos, es el rapado o degradado el corte más demandado.

Carlos de los Ríos Segado (1993) es peluquero y es uno de los que dirige el Grupo La Barbería, una empresa que cuenta con dos peluquerías con sus respectivos pubs al estilo irlandés en Málaga, y que se autodefine como “un lugar de encuentro para clientes y amigos, donde no solo te cortarás el cabello o te retocarás la barba”.

Antes de lanzarse al mundo de la peluquería, Carlos no tenía claro qué hacer. Trabajó en varios oficios antes, hasta que un verano probó en la peluquería de su madre y le gustó la profesión. Actualmente, cuenta que, al principio, le temblaba la mano al coger una máquina, y que a base de esfuerzo y de apostar por la amabilidad en el trato con el cliente, cuenta día de hoy con una clientela fiel que le permite llevar a cabo, incluso, proyectos sociales a través del Grupo La Barbería. Además, vive con 12 animales en casa y admite que le encanta la música y la fotografía.

¿Cómo te llamas?

Mi nombre es Carlos, lo que pasa que aquí, en La Barbería, poca gente me conoce como Carlos. Hace cosa de siete u ocho años, de una broma y tal se quedó Carlucho, aquello derivó a Lucho, a los niños le gustaba y tal, y al final por Carlos ya no me conoce ni Dios.

¿Por qué peluquero?

Pues la verdad que fue casualidad totalmente. Yo todos los veranos iba trabajando de una cosa en otra; mientras que acabas un curso empiezas otro. Y en el transcurso de 1º de Bachillerato a 2º estaba un poco perdido, no tenía ni idea de qué hacer y me fui a lavar cabezas a la peluquería de mi madre. Y al final me gustó y 2º de Bachillerato quedó fuera.

¿Has tenido otros trabajos antes?

Sí, y aunque no tenga mucha pinta montaba a caballo y estuve un tiempo dando clases, pero no era para mí. Después, otro año estuve en la obra y repartí publicidad; volví a la obra… Todo eso fue antes de conocer la peluquería, ya te digo, meses de verano de una cosa a otra, sacas cuatro duros y luego vas echando el invierno.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

Mis primeros pasos fueron en la peluquería ese verano. Como no tenía todavía titulación, fui a la peluquería a barrer, lavar cabezas y poco más. En la peluquería familiar.

¿Qué puesto ocupas actualmente dentro de la empresa?

Actualmente, aunque me da cosa decir jefe, se puede decir que estoy un poco al mando del Grupo La Barbería, que al final son estas dos peluquerías que tenemos en Churriana y Alhaurín de la Torre. También echamos una ‘manilla’ con el bar y tal.

¿Cuáles son tus hobbies?

Pues fíjate, mi mujer dice que estoy un poco un poco loco con esto, pero yo creo que el hobby casi a tiempo completo es la ‘pelu’. O sea, yo me acuesto pensando en peluquería, a ver qué vamos a hacer, las cosas del fin de semana… Te levantas igual: pensando en qué vas a hacer.

Pero también, aunque con muy poco oído, me gusta mucho la música. Siempre estoy escuchando música, intento ir a los conciertillos que puedo, y así que destaque más, aparte de la peluquería, yo creo que son los animales. Tengo en casa 12, y, de hecho, me fui a vivir al campo para poder estar con animales. Perros tengo 3, que son casi un geriátrico, porque tengo dos muy mayores; y gatos tengo 5, pero hace cuestión de seis meses o así, 4 más decidieron que iban a vivir allí en mi terraza, en el campo. Así que me he juntado con 9 gatos y los 3 perros. No nos aburrimos.

¿Cómo es tu rutina?

Pues la verdad que no es gran cosa. Al final te levantas temprano, preparas café (porque si no, no hay manera de levantarse) y te vas preparando para el curro. Al final, es verdad que diariamente la rutina está muy enfocada en el curro. También nos llevamos muy bien entre los compañeros; desayunas con ellos, charlas, etc. El día entre una cosa y otra lo hecho por aquí, estoy a gusto y me entretiene pasar tiempo con los compis. Luego llegas a casa y aunque parece que no, es un poco circo cuando llego y me encuentro a 9 gatos chillando para comer, a los perros corriendo, a la que está mala de la espalda le tienes que poner no sé qué, etc. Es un circo cuando llego, pero está guay.

¿Podrías decirme cuales son los cortes más comunes según tu experiencia y lo que observas en tu trabajo?

Ahora en el último tiempo está cambiando un poco más al peinado largo. Es verdad que los chavales ahora piden cosas un poco más largas, pero yo creo que desde hace seis o siete años, es el famoso degradado. Para la gente parece que si no te has puesto el cero no te has cortado el pelo, sobre todo en la gente más joven. Y ahí, al final el que manda es Tik Tok o Instagram, y si ellos dicen que es cero, es cero. La verdad que pocas veces se hace un corte que no sea así, de hecho, nosotros incluso agradecemos cuando muchas veces viene un corte largo y puedes hacer otra cosa que no sea eso.

¿Y por qué? ¿Cuáles son las influencias actuales dentro de la moda?

Creo que al final, ahora en la moda lo que manda es la música latina. Lo recuerdo, por ejemplo, cuando salió Anuel, con su flequillo. No hay flequillo más feo que el de ese hombre, y lo que pasó es que no tenía pelo y por eso se pegaba el flequillo ahí. Bueno, pues lo hemos estado haciendo un año a reventar.  La que manda en la moda ahora prácticamente es la música latina, te diría al cien por cien; es verdad que algo de fútbol, pero yo creo que sobre todo la música latina.

¿Qué hace a tu trabajo diferente?

Mira, yo creo que no solo ocurre en la peluquería, y es que lo que hace al trabajo diferente es como tú te lo tomes. Eso ocurre con casi cualquier trabajo que hagas. Si tú la peluquería la ves como un trabajo mecánico, como el que está en una fábrica, pues sí, llegas, hola buenas tardes, qué te hago, cortas el pelo y fuera. Pero está en la forma de verlo de cada uno, y yo, por ejemplo, lo veo diferente en el trato con la gente. Cuando le cortas el pelo a alguien, sabes sobre él y él sabe sobre ti, le cuentas tus mierdas, él te cuentas las suyas, sobre si se ha peleado con la mujer, el coche que se ha comprado, lo que va a hacer, etc. En mi caso, vienes a trabajar, pero vienes a charlar con un grupo de amigos mientras que haces tu trabajo, y al final es eso lo que lo hace divertido.

¿Qué sabes de la historia de la peluquería? ¿Cuándo nacen las primeras, tal y como las conocemos hoy en día?

Si nos vamos a la parte antigua, se dice que los faraones ya se afeitaban la cabeza, y que lo hacían barberos. También es curioso que, en la Edad Media, los barberos ayudaban a los curas a sanar, y fueron ayudantes hasta que llegó la Santa Inquisición, que dijo: curas y sanadores fuera. Entonces los barberos pasaron a ser los que quitaban las muelas y ponían sanguijuelas.

Sin embargo, para mí la parte más curiosa de la historia de la barbería es desde los años 20 hasta los 60, que al final más que sitios donde cortarse el pelo eran grupos sociales. A lo mejor te habías cortado el pelo ayer, pero seguías yendo al día siguiente, venías al otro para charlar con la gente que había, etc. De hecho, es lo que intento hacer en la peluquería. Aquí viene mucha gente que no se corta el pelo el sábado, cuando sabe que cerramos, y echan un rato. Para mí, es la parte más bonita de la barbería, aunque es verdad que cada vez ocurre menos: la gente coge la cita media hora antes y se va corriendo.

¿Qué consideras que ha cambiado en el sector o en la sociedad?

Todo el mundo tiene prisa. O sea, todo el mundo quiere terminar para ayer lo de hoy, y vienen corriendo. Te encuentras, incluso, que la gente viene, aparca el coche en doble fila, llega corriendo o peleándose con el crío, con prisas porque luego tiene clases de tenis, luego vamos a no sé dónde… Es verdad que es una pena, pero cada vez la gente tiene más prisa por salir corriendo.

¿Son buenas las prisas?

No, además yo soy de esos de los que siempre viven agobiados, pero hay que intentar que no. Al final creo que vivimos corriendo y nos vamos perdiendo un montón de cosas por camino, y es un fallo que tenemos todos… yo el primero.  

¿Qué papel juega en la moda la peluquería? ¿Hasta qué punto determinan el corte del cliente los peluqueros?

Sin meterme con nadie, yo creo que antes la peluquería mandaba un poco más en la moda de lo que lo hace ahora. Como te he dicho antes, creo que ahora la peluquería se ve influenciada, ya sea por el fútbol, por la música o lo que sea, y creo que hoy en día no influye en la moda demasiado. Ahora simplemente lo que hace la peluquería es copiar un poco lo que vamos viendo.

En la moda existe una diferencia entre la gente joven y la adulta: el adulto, cuando encuentra algo que le va bien y le gusta, eso se queda para siempre o para casi siempre; pero la gente joven, lo que hace es que se copia de lo que ve, por eso ahora sale un famoso corte y si la semana que viene sale otro o hay otro pelotazo de música, cambiamos a ese. Ya lo que hacemos respecto a la moda es copiar un poco, creo que ya no es la peluquería la que decide.

¿Existe un corte estrella que le quede bien a todo el mundo?

¿Un único corte? yo creo que no. Además, dentro del degradado, siempre nos imaginamos al chico con la cabeza afeitada, la zona blanca, la zona oscura, un pedazo de pelo rapado y tal, pero hay muchas formas de hacerlo, con número más largos o cortos. Si alguien tiene la cabeza muy pequeña, probablemente no le quede bien una cantidad enorme de pelo arriba y a los lados súper corto. Quizá el degradado se puede hacer también, pero un poco más leve. Siempre hablamos en la barbería que también está el pelo largo, pero creo que no hay un corte que le vaya bien a todo el mundo, y depende, por supuesto, de la cara que tenga y si la persona luego se va a peinar en casa o no, si se lo va a cuidar, etc.

¿Qué jerga o palabras son las más usadas ahora en las peluquerías?

Pues mira, por ejemplo, con la palabra degradado, yo que he trabajado en peluquerías de mujeres, es la forma a la que referías a capear el pelo largo, o sea, de que el pelo no esté igual de largo en una zona que en otra. Ahora con la influencia latina se usa mucho la palabra difuminado, y, por ejemplo, cuando es un degradado más bajo se usa el ‘taper fade’. Recuerdo que teníamos un compañero colombiano que cuando marcaba la frente lo denominaba un ‘jersey’. Es como lo dicen allí en Latinoamérica, que es verdad que en los cortes cortos son los reyes. Sin embargo, intento dejar claro cuando hablo con los clientes qué es para mí un difuminado y qué es para él. Creo que hay formas más fáciles de entenderte con él que usando palabras que a lo mejor ni yo las conozco todas.

¿Está ahora la figura del peluquero infravalorada?

Yo creo que por un lado se idealiza un montón porque hay muchas peluquerías, de hecho, antes el peluquero iba con cualquier ropa o una bata, y ves que ahora todos los peluqueros van súper guapos. Por eso, sí que por un lado parece que hemos subido un montón; pero por el otro diría que es todo lo contrario, que hemos bajado con el “corre corre”, “esto lo hace mi amigo que tiene una máquina y tiene 14 años”, etc. Pero esto tiene mucho más trabajo de lo que realmente se ve, o sea, hay más trabajo más allá de una maquinilla con un peine de cero.

Respecto al problema de la caída del pelo en los hombres, ¿hay alguna forma de revertirla?

Siempre ha estado el bulo ese de: “yo antes tenía un pelazo y se me ha caído por usar gomina”. A ver, que no se ofenda nadie, pero yo creo que todo el mundo que hoy en día está calvo te cuenta que tenía el pelo largo y se echó mucha gomina de la de Giorgi esta antigua y se le cayó. Y no, lo que hace que el pelo se caiga es la testosterona. De ahí viene el mito de que los calvos son más varoniles y tal, porque es verdad que el exceso de testosterona hace que el pelo se caiga.

Hace unos años había muchos bulos sobre las lociones anticaídas, pero es cierto que ahora hay vasodilatadores, como minoxidil, que tú te lo echas a diario, una vez o dos al día, y lo que hace es que dilata el capilar sanguíneo y entra más sangre al pelo. Entonces, si estás calvo, no va a hacer que te crezca, pero sí te va a ayudar a que no se te caiga. Si tu cuerpo dice que te vas a quedar calvo con 50 años, gracias a minoxidil te puedes quedar calvo con 60. También han sacado unas pastillas, aunque no me quiero meter donde no sé demasiado, que lo que hacen es bajar un poco la testosterona y ayudar bastante al crecimiento del pelo. Y si no, siempre queda el trasplante. Los antiguos quitaban una línea de pelo y ponían, como si fuera a un muñeco, una tirita de pelo en la frente, pero ya hoy en día te haces un trasplante, y si   te lo hacen bien, en un buen sitio y de buena forma, al año nadie sabe que tienes un trasplante de pelo hecho.

Creo que hoy en día estamos en un punto en el que podemos decidir casi lo que queramos, el único problema es el dinero. Si no quieres hacer deporte y quieres parecer que estás fuerte, te puedes operar y te hacen parecer que lo estás. Si no tienes pecho y te quieres poner, te lo pones. Si no te gusta el pelo blanco y lo quieres negro, te lo tiñes… Ya no estamos hablando de algo que cueste una millonada, y no te tienes que ir a Turquía, como se hablaba antes. Por 3000 €, aquí en Málaga, te pones pelo. Lo único, a nivel psicológico, aunque creo que no soy quién para hablar de la cabeza de nadie, con 3000 € tienes pelo si quieres, y a nivel de la piel, no hay problema. Es cierto que muchos clientes me preguntaban: oye y qué diferencia hay entre Turquía o Málaga, y yo les digo que, aparte de que está muy lejos, cuando te lo haces aquí, hay un estudio previo en el que te hacen una revisión, te dicen qué te van a quitar, de dónde, etc. Al final, tu operación no dura un día, a lo mejor dura tres o cuatro y luego tienes una revisión final. Lo de Turquía es un viaje express, vas te quitan pelo, quita quita quita, ponen y fuera. Y es cierto que de algunos trasplantes antiguos se ha visto que han quitado demasiado pelo de algunas zonas y luego se han quedado calvas, por eso recomiendo que es mejor hacerlo aquí, y no porque lo hagan ni mejor ni peor, al final son médicos iguales, pero no es lo mismo ir y volver en un día que tener una semana de operación.

¿Qué podrías comentar sobre las peluquerías de mujeres? ¿Recomiendas ir si eres hombre?

Aquí en La Barbería también cortamos el pelo a mujeres. Nosotros trabajamos más el pelo corto, pero vienen muchas mujeres a cortarse el pelo. Creo que en cierto modo es un error separar peluquería de hombres o mujeres. Yo te puedo hablar de mí, pues lo que ofrezco es corte de pelo. No ofrezco tintes, ni mechas, ni permanentes… Más bien, el problema de ir a una peluquería de mujer, hombre o unisex es buscar a alguien que esté especializado en lo que tú quieres. Lo puedo equiparar al tatuaje: hay muchos tipos de tatuajes, y si yo quisiera un estilo de tatuaje iría a alguien que esté especializado en ese, no a quien haga de todo. La verdad que no debería ser un sitio u otro.

¿Recuerdas arreglos que hayas tenido que hacer o alguna experiencia relacionada con algún “destrozo” en el cabello?

Yo creo que cuando empezamos todos cometemos errores. Pero sí, cosas graciosas, a lo mejor el que se ha querido cortar en casa y ha pensado: bueno es fácil… Pero es lo que hablábamos antes, que cortar el pelo no es coger y poner el cero, hay más estudios de los que parece detrás y más práctica de la que parece. Hay años de aprendizaje hasta que de verdad se consigue un buen corte de pelo. Pasa con el típico chavalito de 13 o 14 años que dice: mi amigo se ha comprado una máquina y ha tirado él… Y luego te ha venido con media cabeza afeitada diciéndote que al día siguiente es la graduación, que por favor a las 22:00 h de la noche le tienes que cortar el pelo… Y lo ves y le falta un trozo de pelo aquí y otro allá, otro moño aquí…

Pero para mí, la más graciosa, me quedaría con un grupo de tres niños que vinieron con su madre y con la cabeza entera llena de pintura porque se habían dedicado a mancharse con óleo del abuelo la cabeza entera, y tuvimos que raparlos al cero para quitarles los pegotes de pintura. No había forma de quitárselo y aun así se les seguía viendo la cabeza manchada. Yo creo que más que los adultos, los reyes de las anécdotas son los niños. También hay muchos que te ven y después en el colegio o donde sea quieren jugar a ser peluquero. Y ha estado el que con las tijeras del cole lo ha empleado con todos los chavales del colegio. De hecho, ha habido reuniones de: “oye qué ha pasado con los niños”, y todos con los flequillos así o sin flequillo, la patilla quitada… Y todo porque uno ha querido jugar a ser peluquero en el colegio.

¿Qué piensas sobre las academias de peluquería?

Mmm no sé, para mí es un tema un poco, no sé si agridulce o raro, como dicen con las noticias: una buena y otra mala. Para mí, la parte más positiva de las academias es que nos ha obligado a todos a seguir aprendiendo y a seguir mejorando. Es verdad que han hecho que el nivel de la peluquería aumente muchísimo, o sea, hoy en día, si te duermes te quedas atrás y ya has perdido, pero es cierto que, a la vez, creo que juegan un poco con los chavales y les venden, sin meterme mucho con ellas, una falacia. Le venden algo que no es verdad: “cuando acabes de aquí vas a ganar mucha pasta, vas a tener un coche caro, vas a tener muchos seguidores en Instagram y en Tik Tok, etc”. Yo creo que más que vender un corte como tal, antes tienes que saber cómo se empieza, tienes que barrer, limpiar. O sea, la peluquería no es un corte de cirujano en el que tú llegas con tu bisturí, te secas la frente, cortas y listo, foto a Instagram. Hay un trabajo duro detrás que no se lo dicen, y pasa con chavales que vienen a currar y hay falta de humildad… y eso parte de la culpa la tienen las academias, que le venden una falsa vida, no sé si lo hacen adrede, si es por negocios o sin querer, pero yo creo que venden más una red social que el trabajo duro que hay de fondo.

¿Y cuál es la mejor manera de aprender?

Currar. O sea, yo creo que hoy en día el trabajo de los aprendices se ha perdido. Pero creo que, en casi cualquier oficio, tú no vas a llegar y vas a hacer un corte de pelo de pasarela el primer día. Me incluyo, aquí estamos años trabajando y nunca haces el corte perfecto. Tienes que empezar lavando cabezas, y tanto si trabajas en pelu de mujer como de hombre, tienes que hartarte de barrer, ayudar, coger el teléfono, por supuesto limpiar, que hay veces que parece que se nos caen los anillos por limpiar en la peluquería. Eso es igual de importante que el corte. Primero tienes que ver el trabajo duro que es estar de pie y lo que hay detrás… Que hacer un corte bonito le gusta a cualquiera.

¿Podrías dar más detalles sobre la dureza del trabajo a la que te refieres?

Sí, yo fíjate, como te he dicho antes echaba una mano en la obra, y, realmente, duro esto no es. O sea, yo no paso frío en mi trabajo, no paso calor, no me llueve, estoy cómodo… Pero si tuviera que decir algo es la espalda, porque al final estás en tres metros cuadrados, te mueves solo de un sitio a otro, y no te mueves si tienes la suerte de tener mucho trabajo. Estás mucho, mucho tiempo en la misma posición, y eso es lo que hace que luego duela la espalda, así que yo creo que dentro del curro tiene que haber un fisioterapeuta detrás que vaya a echar una mano.

¿Hay intrusismo en la profesión? ¿Crees que hay demasiadas peluquerías actualmente?

¿Intrusismo? Hoy se quejan mucho de los precios, de la de las batallas de precios, de: tú lo tienes a 10 yo lo pongo 9, tú lo tienes a 15 yo lo pongo a 13… yo no lo veo como intrusismo, al final cada uno da el servicio que quiere dar al precio que quiere, y uno decide lo que quiere pagar al precio que puede. Intrusismo no, hay trabajo para todos, aunque creo que sí está mal si tienes a alguien a tu lado que no pagua impuestos, o alguien que corta en casa más barato porque no paga nada… Pero dar un buen servicio va de la mano del precio.

Y respecto a por qué hay tantas peluquerías, yo creo que ha pasado con casi todos los oficios. Si vas a algún barrio que esté masificado, puedes ver 5 fruterías en la misma calle, 5 pescaderías, y creo que la peluquería no está siendo menos. Al final, las academias sacan a cien chavales todos los años y hay un montón de academias. Aquí en Málaga, además, hay muchas bastante conocidas y tal, y bueno, ahora con la ayuda a los autónomos, con 50 pavos y poco más abres un local, pero luego la realidad está en si sigues cuando se te acaben esas ayudas o pierdes el trabajo que has hecho antes… Creo que, si haces un buen trabajo, tienes un buen precio y das un buen servicio podrás seguir adelante, y si te quedas a lo barato, a un trato regular, no creo que sigas más después del primer o segundo año.

¿Qué detalles definen a un profesional?

Las piruetas te la enseñan a hacer muy pronto, los típicos trucos con la tijera y el peine, te esconde la tijera, por un lado, por otro, eso puede parecer profesional, pero es cierto que eso te lo enseñan al segundo día o al tercer día. Antes hablaba de la limpieza, es un dato importante en una peluquería; y la tranquilidad del barbero cuando habla contigo. Ahora se ha puesto muy de moda lo de fumar cachimba y fumar en la barbería… yo huiría de eso personalmente, si alguien se ofende lo siento mucho, pero yo creo que más que la palabrería que te pueda dar yo u otro, es la limpieza, el orden, un trato bueno y que a ti te guste lo que te han hecho.  

¿Cómo fueron los inicios de La Barbería?

La primera empezó aquí en Churriana, pero era un local más antiguo que había antes que este, y salió la oportunidad de un local más grande en un buen sitio, donde cabían todas las cosas que nos gustaban, y ahí fuimos, cogiendo pellizquitos de lo que le gustaba a cada uno. A uno le gusta el boxeo, pues ponemos cosas de boxeo; al otro le gustan los videojuegos, máquinas recreativas; los dardos, pusimos una diana; la cerveza, que nos gusta a todos nosotros, pusimos un trocito de bar… Y yo creo que al final, la peluquería hablaba de la historia de la barbería de hace tantos años, de los 50 y 60, y nuestra idea era hacer un club social donde hubiera un poco de cada uno y que la gente pudiera venir, no solo a cortarse el pelo de bulla y con prisa, sino que viniera a echar un ratito con nosotros. Diría que esa es la parte más nuestra de la barbería hoy.

¿Está relacionada La Barbería con la identidad hípster?

No lo definiría así. De hecho, la barbería abrió tiempo antes de que esto empezara a estar tan en auge. A ver, a todos nos vino bien el estilo hípster, con las barbas, porque en aquel tiempo nos hartamos de hacer barbas y nos hemos hartado hacer cortes de pelo. Es verdad que la serie (Peaky Blinders), como hemos hablado antes en relación con las modas, hace que ese tipo de cortes suban… Viene mucha gente pidiendo lo que han visto en la serie. Pero yo creo que al final nuestra identidad fue un poco el pellizco de lo que le iba gustando a cada uno. Nos gustan los bares irlandeses y la barbería empezó de madera, como un bar irlandés.

Si tuviera que definir un poco nuestra identidad, es verdad que siempre buscamos una parte más rockera, y quizás nos separamos un poco de otros tipos de música u otros tipos de vestimenta, y le tiramos un poco más esa parte que nos gusta, pero no nos enfocamos en un tipo de moda en concreto, al final somos un montón de barberos cada uno de una forma.

¿Cómo surgieron proyectos como Nomad Barber? 

Todo esto empezó hace un montón de años. Fuimos a un evento de rockabilly a cortar el pelo, y la verdad que nos gustaba ir a sitios a cortar el pelo porque conoces a gente distinta, escuchas música en directo, etc. Entonces, desde hace unos años para acá decidimos que íbamos a movernos con fines solidarios, por ejemplo, este sábado hemos estado en Alhaurín el Grande con la asociación ‘Un Tipo en la Vida’, que ayuda a gente con cáncer. También lo hemos hecho con otra de Alzheimer. Al final es echar una mano. Hacemos eventos de música; llevamos bar; cortamos el pelo; pero lo que buscamos al final es echar una mano pasándolo bien, que yo creo que ya hay bastante pena.

Normalmente, lo que hacemos es que lo organizamos, nos ponemos en contacto con la asociación que nos guste y ellos nos dicen lo que necesitan, por ejemplo: en una de las últimas, la de Alzheimer, se te ponían los pelos de punta cuando veías a las personas mayores allí. Necesitaban cosas para una sala sensorial, un portátil y un proyector, entonces lo que hicimos fue organizar una fiesta con dos grupos de música en directo, llevamos tres sillones de barbería, montamos un bar, llevamos juegos, y al final toda la gente que va, oye, se toma una cerveza y ese dinero va para la asociación. Cada uno pone su granito de arena y dentro de una fiesta pues ayudas a la asociación que sea.

¿Qué importancia tiene para ti el ambiente de trabajo?  

Antes de llegar aquí he pasado por un montón de sitios, y creo que cada uno sabe sus cuentas, pero en mi caso, no hay dinero que pague el estar en un sitio donde no te lo pases como te lo pasas aquí. A nosotros no nos obliga a nadie quedar antes con los compañeros para desayunar; no te obliga a nadie a quedarte luego con ellos. Cuando trabajas en un sitio que tienes amigos de verdad, donde te lo pasas bien y siempre hay alguna anécdota graciosa y algo con lo que reírte, yo creo que no hay dinero que pague eso.

¿Crees que solemos conformarnos con nuestro trabajo, aunque no estemos cómodos?

Sí, siempre tenemos la cosa de: – oye qué tal el trabajo, – bien, voy, trabajo y tengo tiempo para otras cosas. Creo que eso es un error y hasta que no ves de verdad el trabajar con gente que es buena de verdad, clientes que son buenos de verdad… Después de tantos años es una alegría casi cualquier cliente que ves en la agenda, porque sabes que te lo vas a pasar bien.

Y sí, de primera hora uno va al trabajo, cobra a final de mes y fuera, pero cuando te das cuenta de lo bueno, yo creo que ya no quieres cambiar.

TATUAJES

¿Cuándo y por qué hacerse tatuajes?

¿Cuándo? cuando estés seguro, es decir, no creo que sea buena idea hacerse con 15 años un tatuaje porque mi padre me ha firmado. Debes tener claro lo que te quieres hacer. Y el ¿por qué? porque te dé la gana. La mayoría de mis tatuajes tienen un por qué, o por lo menos lo tiene para mí, pero también los hay que son estéticos, o sea, tú te puedes ver mejor con ellos o sin ellos, pero creo que nos empecinamos mucho en: “no, es que si no pone el nombre de mi madre no me lo hago”. Más allá del sentimiento está la parte estética, pero siempre que tengas claro que te los quieres hacer.

¿Crees que sigue habiendo prejuicios en la sociedad?

En a mi ámbito laboral, no hay prejuicios. Ahora parece que es un poco uniforme de barbero, ¿no?, el estar tatuado y tener el pelo muy corto y de esto que no sabes si eres barbero o tatuador. Antes de hacerme el tatuaje en la cara, un buen amigo que tiene tatuajes, pero más escondidos, cuando le dije que me iba a hacer el tatu en la cara pero que no estaba seguro, me dijo que qué iba a hacer si tenía niños e iba al colegio a recogerlos con un tatuaje en la cara. Dije: mira, yo creo que lo que quiero es que mi hijo sepa que se puede hacer lo que le dé la gana y que da igual lo que diga otro. Eso hizo que me lanzara finalmente a hacerlo, y la verdad que he seguido alquilando casas cuando me he tenido que mudar, he seguido trabajando bien, no ha habido ningún hombre mayor que me haya dicho que no le corte el pelo… al final ha sido menos de lo que yo pensaba.

¿Qué me dices de tus tatuajes?

No sabría decirte la verdad cuales son los más los más especiales para mí. El brazo izquierdo lo tengo con tatuajes de barbería: una sanguijuela, por ejemplo, que yo creo que dice mucho de la peluquería; una tijera; un sello al que le tengo mucho cariño. Y en el brazo izquierdo tatuajes de lo que no como para recordarme el por qué no como animales, y si alguna vez tengo dudas pues los veo y recuerdo un poco por qué… les tengo especial cariño.

¿Y por qué no comes animales?

Por mi parte, por compasión. Todo el mundo te dice eso de: – ¿y si estuvieras en una isla desierta y solo hubiera un cerdo? – pues seguro que me comería el cerdo. Pero vivo en un sitio donde tienes al alcance de tu mano lo que quieras comer, y aunque suene crudo, yo creo que hoy en día no es necesario que maten para para comer.

OTRAS CURIOSIDADES

¿Encuentras diferencias entre tu trabajo y otros “más intelectuales”?

No sé si es clasismo, pero todavía diferenciamos mucho eso, como las dos clases de: yo me dedico a los seguros, soy abogado tal, y tú eres peluquero, fontanero… cada vez menos pero todavía ocurre un poco, y para muchas personas estamos en otro escalafón. Y es lo mismo, es una profesión igual que otra. Cuando hablamos de alguien intelectual, probablemente usen las manos, igual que cualquiera de nosotros usa también la cabeza… yo creo que la diferencia se la damos las personas, no es el trabajo.

¿Qué importancia tiene para ti la atención al cliente?

Creo que, por lo general, si tienes que obligarte a ser simpático, mejor búscate otro curro. Todos tenemos problemas y hay días que estamos mejor que otros, pero el que estás peor intentas que no se te note. Si para ti es un esfuerzo ser simpático, tienes un problema, yo creo que el trato a la persona está antes que la calidad del corte. Yo era igual que todos cuando empecé, hacía cortes de mierda y tenía clientes porque el trato era bueno. Al final, da igual que lo hagas muy bien, pero si eres un antipático no va a ir nadie a cortarse el pelo contigo, sin embargo, si a lo mejor no lo haces tan bien, pero eres simpático o eres agradable, a la gente le gusta estar contigo y te va a ir bien.

¿Por qué el peluquero en ocasiones corta un dedo o varios más de lo que el cliente le ha pedido?

Yo creo que eso ya viene de broma desde hace mucho tiempo, pero hay que reconocer que hacemos a veces un poco lo que creemos que es mejor, siempre y cuando no te des cuenta. A mí, a veces me pasa que, llega alguien a pelarse, y ya sabes que no se lo tienes que cortar mucho porque se le va a quedar tieso… Y es verdad, como yo siempre digo, que está el truco del barbero: que haces como que le cortas, pero no le cortas. También llegan con el pelo muy estropeado y piden un dedo, y sabes que cortarle un dedo es absolutamente nada y no se va a dar cuenta si le cortas dos. Ya tenemos que reconocer todos que, medio sin que a veces os deis cuenta, trasteamos un poco más de lo que no veis. Si ves que el barbero te gira el sillón respecto al espejo, te estás trasteando algo fijo, pero no es que quitemos sin vuestro permiso, simplemente nosotros, desde fuera, vemos a lo mejor más lo que el pelo necesita o cómo te va a quedar mejor. A lo mejor trasteamos un poco más sin demasiado permiso.

¿Cómo te ves desde afuera?

Si me considero bueno o malo con el corte de pelo, creo que normal, como cualquier otro. Llevo un montón de años, pero, si me considero especialmente bueno o malo, sí, creo que se me da bien la gente, porque al final me gusta hablar con ellos y echar un rato bueno. Gano más puntos por eso que por el corte de pelo, y se me ve que curro, pero nada diferente a cualquiera. Y no es falsa humildad ni es que me crea mejor ni peor, simplemente lo que te decía, si el trato es bueno, lo demás está hecho

¿Qué consejo le darías a alguien para encauzar su vida profesional?

Cuando salté a la peluquería de caballeros o barbería, como las quieras llamar, no tenía ni idea, o sea, yo venía de estar tres años trabajando en una peluquería de mujer, y a mí me temblaba la mano con una máquina, con un pelo corto… Entonces, trabajaba en la barbería todo lo que podía y más, en casa seguía cortando el pelo a amigos, y a base de curro y curro, oye, pues ya estamos más que asentados, entonces creo que a nivel profesional eso: curro y estudio.

Estoy harto de escuchar siempre a mi familia, que son peluqueros, decir: no trabajes en peluquería que no vas a ganar un duro, que te va a doler la espalda, etc. Y yo pienso que cualquier profesión, a base de curro, al final te va bien, lo que no puedes hacer es no currar o quejarte, ahora esto no, etc. Todos tenemos que tragar un montón al principio.

¿Y para encauzar su vida personal?

Mmm, mala pregunta… no sé si tengo encauzada la mía. Aunque creo que, además de curro, siempre cuando tenemos problemas hay veces que nos empecinamos en hacerlo todo nosotros solos, y muchas veces con ayuda exterior, ya sea de psicólogos, tu pareja o tus amigos, abrir un poco la mente te ayuda a escuchar e ir un poquito hacia adelante.

En muchos casos es, o falta de humildad o egoísmo. Vamos por el mundo así, solo con nosotros, y hay veces que hay que pararse un poco y tener un pelín más de empatía con lo que tenemos. No soy ningún santo ni creo que lo haga todo bien, pero por lo menos intentar ser un poquito mejor y ver más allá de lo que tenemos delante.

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