En vísperas del Sínodo de obispos, el papa Francisco responde a las críticas de cinco cardenales conservadores en un documento difundido por la Santa Sede. El pontífice, reconocido por su postura más abierta y dialogante, aborda temas sensibles como la homosexualidad y el sacerdocio femenino.
A pesar de reafirmar la posición tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, el Papa introduce un matiz notable al expresar que no se debe juzgar y que está abierto a un debate sobre «formas de bendición» para parejas del mismo sexo.
Destaca la importancia de no negar, rechazar o excluir, fomentando un enfoque pastoral prudente que considere nuevas perspectivas.
Además, el Papa Francisco muestra apertura hacia el sacerdocio femenino, indicando que la negativa no es una definición dogmática y podría ser objeto de estudio, similar a la práctica en la religión anglicana. Aunque ha hablado de estos temas en sus discursos, algunos críticos argumentan que se necesitan acciones concretas.
El Sínodo de obispos, que reunirá a 464 religiosos, incluidas mujeres, se presenta como un momento crucial para abordar estas cuestiones dentro de la Iglesia Católica. El documento responde a las «dubia» enviadas por cinco cardenales conservadores, que criticaban ciertos dogmas por su modernidad.
Los firmantes, entre ellos el cardenal Burke, han liderado la oposición al Papa Francisco, expresando preocupaciones sobre una presunta «revolución» en la Iglesia. Este Sínodo promete ser un foro significativo para profundizar en estos temas y avanzar hacia una Iglesia más inclusiva y abierta al diálogo.