En el marco del Día mundial contra el acoso escolar, la sociedad se enfrenta a la dualidad entre la conciencia temporal y la persistencia de una crisis que no desaparece con el final del día. A pesar de la atención mediática y las declaraciones de políticos, para miles de niños y sus familias, el acoso escolar es una realidad dolorosa y constante.
El acoso escolar se manifiesta no solo con golpes y humillaciones que muchos menores sufren, sino también con el silencio y la inacción de los sistemas que deberían protegerlos. El caso de Jokin, un adolescente que se suicidó hace 20 años, marcó un antes y un después en la percepción pública del acoso escolar en España, revelando la gravedad y las consecuencias mortales de esta problemática.
Desde entonces, la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) ha trabajado para combatir este fenómeno. En dos décadas, han atendido a casi 5.000 víctimas severas e impartido formación a 35.000 estudiantes en 134 centros educativos. Sin embargo, su lucha se ve obstaculizada por la falta de apoyo institucional y recursos.
El acoso escolar, asunto de derechos humanos
El acoso escolar no solo es un problema educativo, sino un grave asunto de derechos humanos que sigue siendo ignorado por muchos responsables políticos y educativos. A pesar de los estudios que indican una alta incidencia de acoso en las escuelas, algunas autoridades continúan minimizándolo como un problema marginal.
En este Día mundial contra el acoso escolar, es crucial no solo reflexionar sobre esta problemática, sino actuar. Se necesitan cambios legislativos urgentes que incluyan una ley específica sobre el acoso escolar, un plan nacional en materia de acoso, la transparencia de los protocolos para las familias, sanciones efectivas para los agresores y mayor apoyo a las víctimas.
Todo esto debería impulsar a la sociedad y a los responsables políticos y educativos a tomar medidas concretas y efectivas para asegurar que el acoso escolar no sea una sentencia silenciosa para nuestras futuras generaciones.
Fuente: AEPAE