Con la llegada del verano y las ansiadas vacaciones, el Hospital Vall d’Hebron en Barcelona se enfrenta a un gran desafío. El centro de salud cerrará un total de 300 camas entre los meses de julio, agosto y septiembre. Esta cifra representa un aumento del 50% en comparación con el año anterior, cuando se cerraron 200 camas durante el mismo período.
Raúl Ceresuela, portavoz del sindicato Satse en el Hospital Vall d’Hebron, en unas declaraciones a Europa Press, informa que esta reducción no afectará a las camas destinadas a intervenciones de urgencia, pero sí impactará significativamente en las unidades quirúrgicas. Según Ceresuela, esta práctica de cerrar un alto número de camas durante el verano se retoma después de la pandemia, lo que sugiere un “mal cálculo de plantilla” por parte del Instituto Catalán de la Salud (ICS).
Aunque la dirección del hospital ha proporcionado explicaciones a los trabajadores sobre esta medida, asegurando su compromiso para minimizar las posibles consecuencias negativas para los pacientes, preocupa el impacto en la calidad asistencial y el aumento de las listas de espera para intervenciones no urgentes.
Este año, el Hospital Vall d’Hebron se verá especialmente afectado por los recortes del ICS, que han ordenado no contratar personal de sustitución para el verano y no renovar todos los contratos eventuales. Como resultado, se espera una reducción del 30% en la actividad del hospital durante los meses de verano, con el cierre de casi 300 camas de hospitalización.
Estos recortes no se limitan al Vall d’Hebron, sino que afectan a toda la red del ICS, incluida la atención primaria. Los CAP, centros de atención primaria, se verán obligados a cerrar agendas y posponer actividad no urgente debido a la falta de personal temporal.