A pesar de los esfuerzos por concienciar a la sociedad sobre la importancia del cuidado responsable de los animales, cada año, con la llegada de las vacaciones, se repite la triste realidad: muchos dueños irresponsables se deshacen de sus perros y mascotas.
Las protectoras de animales, especialmente durante estos meses estivales, se ven desbordadas. La situación es tal que el número de perros abandonados que acogen estas organizaciones se llega a duplicar durante el verano.
El estrés y la ansiedad son algunas de las consecuencias más comunes que sufren estos animales tras ser abandonados. En muchos de los casos, estos perros fueron adquiridos como un capricho durante las fiestas navideñas, sin que los compradores hayan considerado las responsabilidades a largo plazo que implica tener una mascota.
Otras mascotas que son abandonadas en verano
Por otro lado, los gatos también se enfrentan a un destino difícil en esta época del año. Según el estudio ‘Él Nunca lo Haría’ 2023, el 96% de los gatos que llegan a las protectoras en España no llevan microchip, lo que dificulta su identificación y, en muchos casos, la posibilidad de que regresen a sus hogares. La estacionalidad del ciclo reproductivo de los gatos, que se concentra entre mayo y julio, añade un desafío para las protectoras, que deben gestionar una avalancha de animales durante este período. Una tercera parte de todos los gatos recogidos durante el año llega en estos meses, y casi la mitad son cachorros provenientes de camadas no deseadas.
Los gatos, además, son particularmente vulnerables al abandono. Mientras que un 27% de los perros que llegan a los refugios están correctamente identificados, en el caso de los gatos, esta cifra se reduce distribuida al 4%. Esta baja tasa de identificación se debe en parte a la llegada de numerosos cachorros que aún no han sido registrados, así como a la creencia errónea de que los gatos domésticos no corren el riesgo de perderse por no salir de sus hogares.
Ante este panorama, es evidente que la educación desde temprana edad es esencial para inculcar la responsabilidad hacia las mascotas. Un esfuerzo continuo y sistemático en la concienciación podría ayudar a reducir la opción de abandonar a una mascota, no solo en verano, sino en cualquier época del año.