La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido un informe que describe un panorama sombrío en la lucha contra el cambio climático, advirtiendo que, con las políticas actuales, el planeta se encamina hacia un aumento de temperatura de 3,1°C para 2100, un nivel que podría tener efectos devastadores en ecosistemas y comunidades humanas. Este escenario superaría por amplio margen el límite de 1,5°C fijado en el Acuerdo de París en 2015, que buscaba mitigar los impactos más graves del calentamiento global.
António Guterres, Secretario General de la ONU, señaló que «la humanidad se tambalea sobre una cuerda floja», y destacó que este informe marca un «punto de inflexión». Las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente de los países miembros del G20, responsables de aproximadamente el 80% del total global, son las principales causantes de este pronóstico sombrío. Según el informe, los actuales planes nacionales de reducción de emisiones, presentados en la COP26, son insuficientes para mantener el aumento de la temperatura bajo control.
Medidas urgentes para limitar el calentamiento a 1,5°C
El PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) detalló que para alcanzar el objetivo de 1,5°C, es crucial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% antes de 2030 y en un 100% para 2050. En el informe se destacan varias áreas donde podrían lograrse estas reducciones, subrayando el potencial de la energía solar y eólica, que podrían cubrir hasta el 27% de las reducciones para 2030 y un 38% para 2035. Además, la protección y restauración de los bosques podría proporcionar un 20% adicional a la reducción de emisiones requeridas.
Para lograrlo, la ONU propone una transición rápida hacia energías renovables y limpias, mejoras en la eficiencia energética y una electrificación generalizada en sectores como el transporte y la industria. El informe añade que las tecnologías limpias, actualmente accesibles y asequibles, pueden cumplir con los objetivos si se implementan a gran escala y con el apoyo de políticas internacionales coordinadas. Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, enfatizó que “la tecnología ya está disponible, pero hace falta un compromiso sin precedentes para lograr la transformación que necesitamos”.
Impacto en las comunidades vulnerables y los ecosistemas
Uno de los puntos destacados del informe es el impacto desproporcionado que el cambio climático tendría en las comunidades más vulnerables. Guterres advirtió que, de no tomarse medidas drásticas, serán las poblaciones más pobres y las regiones con menor capacidad de adaptación quienes sufran las consecuencias más severas, enfrentando fenómenos como inundaciones extremas, sequías prolongadas, incendios forestales e inseguridad alimentaria. El informe de la ONU también advierte que la biodiversidad global está en riesgo, con millones de especies amenazadas por la destrucción de sus hábitats.
La COP29 y los próximos pasos para los compromisos nacionales
El informe se publica poco antes de la COP29, que se celebrará en noviembre en Bakú, Azerbaiyán, donde se espera que los países revisen y fortalezcan sus compromisos climáticos. Esta conferencia será clave para la adopción de nuevos objetivos de reducción de emisiones y para avanzar en los planes de transición energética. Guterres exhortó a los líderes de las naciones más desarrolladas, y especialmente a los del G20, a que presenten planes climáticos alineados con la meta de 1,5°C, destacando la responsabilidad de estas economías en liderar el cambio.
Oportunidades y obstáculos en la lucha contra el cambio climático
El informe también identifica oportunidades de mitigación que podrían frenar el avance del calentamiento global. La ONU estima que se podrían reducir hasta 31 gigatoneladas de CO₂ para 2030 y 41 gigatoneladas para 2035, si se adoptan las políticas necesarias en los próximos años. Además de las energías renovables, el informe subraya la importancia de las mejoras en la eficiencia energética y la transición hacia combustibles no fósiles, estrategias que, de implementarse con éxito, permitirían alcanzar una reducción de emisiones del 52% para finales de la próxima década.
Sin embargo, alcanzar estas metas requerirá una cooperación internacional sin precedentes. El informe advierte que los gobiernos deberán coordinar sus políticas para maximizar los beneficios socioeconómicos y medioambientales de la transición, mientras minimizan los efectos negativos en la economía y el empleo. Las tecnologías están listas, señala el PNUMA, pero se necesita voluntad política para implementar un cambio efectivo.
Una última oportunidad
La ONU subraya que el tiempo para actuar se agota rápidamente, y Guterres reiteró que esta es una “última oportunidad” para evitar un desastre climático. Aunque los gobiernos han adoptado ciertos compromisos, el informe indica que los esfuerzos actuales no son suficientes y que las futuras generaciones están en riesgo de enfrentar un planeta significativamente menos habitable si no se alcanzan los objetivos globales.
Este informe de la ONU sobre el cambio climático de 2024 representa un llamado urgente a la acción global para frenar el aumento de las temperaturas, una tarea que exigirá la colaboración de todas las naciones y la movilización de todos los sectores económicos hacia un modelo más sostenible.
La COP29 en Bakú será una prueba determinante de si los líderes mundiales están preparados para afrontar el reto más grande de nuestro tiempo: proteger el planeta y garantizar un futuro viable para todos sus habitantes.