Las imágenes que han recorrido el mundo sobre las catastróficas consecuencias que ha ocasionado la DANA sobre los pueblos del sur de Valencia, han causado gran conmoción entre las personas, por el nivel de destrucción que muestran, detrás del que hay cientos de historias de verdaderas tragedias humanas y materiales.
Pero una impresión similar han causado las imágenes y declaraciones de cientos y miles de personas que se han volcado de modo particular en las labores de limpieza, desescombro, apoyo, recolección de productos y ayuda en general, siguiendo un llamado de conciencia ciudadana y de apoyo al prójimo, desde el primer momento.
Estas conmovedoras muestras de solidaridad del pueblo valenciano y español, impulsaron la solicitud del Consell de la Joventut de Valencia (CJV), a llamar a la pasarela peatonal que conecta la ciudad desde el barrio de San Marcelino con la pedanía de La Torre, Puente de la Solidaridad. Desde ese punto accedían mayoritariamente los voluntarios, con sus botas, cubos y palas, a los pueblos afectados, para llevar apoyo y esperanza a sus habitantes.
«Tras la devastadora DANA que afectó a nuestra ciudad, este puente se ha convertido en un símbolo de unión y esfuerzo colectivo. Numerosos jóvenes han cruzado esta pasarela para brindar ayuda a las comunidades de Sedaví, Alfafar, Paiporta, Picanya, Albal y Catarroja, llevando alimentos, agua y herramientas y colaborando en las labores de limpieza y reconstrucción», manifestó Pedro Bottero, presidente del consejo.
La alcaldesa de Valencia María José Catalá, ha afirmado que desde la Junta de Gobierno han aceptado la propuesta del Consell de la Joventut ya que «representa la fortaleza de la gente joven…representa a esa generación que ha pasado a ser la generación de hierro” en una clara alusión al nombre de generación de cristal, con el que se suele definir a los jóvenes.
Mantener la solidaridad a largo plazo
Este fin de semana se espera que estas muestras de solidaridad continúen y sean aún mayores por la posibilidad de desplazamientos desde otros lugares de España. Ante esto, el llamado que realizan desde organizaciones, es a realizar un contacto previo y venir preparados, para evitar llegar con productos o a zonas en las que la ayuda no esté siendo aceptada, al estar cubiertas las necesidades en esta etapa inicial.
Varias iniciativas particulares como la instalada en La Rambleta y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han tenido que detener por un momento la recolección y distribución de ayuda, hasta organizar la recibida y determinar las necesidades actuales.
«No se trata de detener la ayuda, es y seguirá siendo necesaria, pero ahora necesitamos organizar lo que tenemos y en unos días volveremos a determinar las necesidades y a contar con el apoyo de todos, comenta María Isabel, colaboradora de una ONG valenciana.
“No están recibiendo ayuda, nos tuvimos que devolver con las furgonetas llenas”
Antonio Rodríguez, vecino de Valencia, afirma que llevan varios días recibiendo productos en un campo de fútbol y distribuyéndolo en varias zonas. “Hemos ido a Catarroja, La Torre, Benetusser y Alfafar y hasta el momento podíamos descargar y repartir comida caliente sin problema. Pero hoy, fue imposible.”
Rodríguez afirma que después de un largo recorrido para llegar a Algemesí, uno de los pueblos más retirados y con más necesidades, no pudieron descargar las dos furgonetas que llevaban, en los dos puntos de recolección del pueblo. “Fue imposible, no nos recibieron la ayuda, nos tuvimos que devolver con las furgonetas llenas.
Igualmente afirma que en Paterna hay dos camiones que vienen de Segovia cargados con productos de primera necesidad, con todo paletizado y etiquetado que no han podido descargar.
Lo primordial en este momento es canalizar la ayuda de modo correcto y entender que esto es una tarea a largo plazo, en la que habrán muchas ocasiones de ayudar.