Este acto, aunque lleno de buenas intenciones, puede derivar en abandono, problemas de conducta y sufrimiento para el animal. Las protectoras y expertos insisten: «un ser vivo no es un juguete».
La imagen de un cachorro saliendo de una caja decorada bajo el árbol de Navidad parece un sueño idílico, pero para muchas de estas mascotas, la realidad acaba siendo muy diferente. Existen datos en los que más de 306.000 animales son abandonados cada año en España. Estas cifras, ya alarmantes, podrían incluso ser mayores debido a los casos no registrados. El abandono de animales es un problema estructural en nuestro país, y regalar mascotas sin reflexión previa lo agrava.
La falta de impronta y sus consecuencias
Uno de los problemas más graves al regalar cachorros es la falta de impronta, un período crítico en el desarrollo del animal que ocurre entre la tercera y la octava semana de vida. Durante este tiempo, los cachorros aprenden a relacionarse con su entorno, a comunicarse con su especie y a responder adecuadamente a los estímulos. Sin esta etapa vital junto a su madre y hermanos, los animales pueden desarrollar problemas de conducta, como miedos o agresividad.
Desde asociaciones de protección animal, se denuncia que muchos criadores entregan cachorros con menos de tres meses para maximizar sus beneficios económicos. “Esto provoca una socialización deficiente que termina en comportamientos problemáticos y, en el peor de los casos, en abandono”.
Un gasto que pocos anticipan
Tener un animal de compañía supone un compromiso económico significativo. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las familias gastan de media 1.131 euros al año en el caso de los perros y 986 euros en el de los gatos. Estos costes incluyen alimentos, visitas al veterinario, vacunas, esterilización y, en algunos casos, seguros. “Es fundamental evaluar si se dispone del presupuesto necesario antes de incorporar un animal a la familia”.
El abandono como maltrato
El abandono de animales no solo es una acción irresponsable, sino que también está catalogado como delito en España. Según la Ley Orgánica 3/2023, de 28 de marzo, el maltrato y abandono de animales puede ser sancionado con penas de multa o incluso prisión, aunque en la mayoría de los casos no llega a aplicarse con la severidad necesaria. El abandono es una forma de maltrato extremadamente cruel.
Los animales que han crecido en un hogar y son abandonados sufren estrés y tristeza, y no siempre logran adaptarse a un entorno desconocido como el de una protectora. Además, su reubicación no está garantizada: “Muchos no son adoptados y pasan el resto de su vida en refugios”, lamenta Arce.
Animales exóticos: un problema adicional
El “mascotismo” también afecta a la biodiversidad cuando se trata de animales exóticos, como tortugas de Florida, hámsters o cobayas, que suelen regalarse a niños como alternativa a un perro o gato. Estas especies, a menudo adquiridas sin información adecuada, terminan siendo liberadas en la naturaleza, donde generan desequilibrios ecológicos.
“El abandono de tortugas de Florida ha provocado graves daños en los ecosistemas españoles”, advierte la Sociedad Andaluza de Herpetología. Esta especie invasora, popular en los años 90 por su bajo precio y fácil cuidado, es un claro ejemplo de las consecuencias del comercio y abandono de animales exóticos.
Adoptar: una decisión responsable
En lugar de comprar, las protectoras recomiendan la adopción como la mejor opción para incorporar un animal a la familia. Sin embargo, esta decisión también requiere reflexión y compromiso. Desde una de las principales asociaciones protectoras de animales en España, explican que la adopción implica un protocolo riguroso para garantizar que el animal no sea tratado como un regalo y que la familia esté preparada para asumir esta responsabilidad.
Adoptar salva dos vidas: la del animal que encuentras y la del que ocupa su lugar en el refugio. Sin embargo, hay que subrayar la importancia de informar a los adoptantes sobre las necesidades del animal para evitar devoluciones o abandonos posteriores.
Concienciación y educación, las claves del cambio
Para erradicar esta problemática, los expertos coinciden en la necesidad de que la legislación se aplique y en el avance hacia una mayor educación en términos de tenencia responsable. La información es crucial para evitar decisiones impulsivas, también se aboga por la gestión de centros municipales por parte de asociaciones sin ánimo de lucro.
Iniciativas como campañas pro derechos de los animales o programas educativos en colegios buscan inculcar desde la infancia el respeto y cuidado hacia los animales. El cambio de mentalidad es un trabajo diario que debe ir de la mano de la Administración.
La Navidad es época de alegría y generosidad, pero regalar un animal debe ser siempre una decisión meditada y consensuada. Al fin y al cabo, su bienestar dependerá de nuestra responsabilidad durante toda su vida.