La Reina Sofía ha viajado el martes a Barcelona para celebrar el cumpleaños del tercer hijo de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, Miguel, que ha cumplido ya 10 añitos.
Y es que la Reina Sofía no deja de lado el papel de abuela. Ya el pasado lunes se pasó por la merienda que organizaron para el cumpleaños de la hija pequeña de los Príncipes de Asturias, la Infanta Sofía, a quién le tocaba soplar seis velitas de la tarta.
La Reina Sofía se mantiene alejada de todo lo que el ocurre a su hija, la Infanta Cristina, aunque no por ello ha dejado de ejercer de abuela. Y es que, Doña Sofía no distingue de nietos y se comporta de manera ecuánime para todos ellos. El año pasado, viajó el mismo día del cumpleaños de Miguel Urdangarín hasta la capital estadounidense para darle una sorpresa a su nieto.
Uno de los grandes ausentes ha sido el Rey Don Juan Carlos a esta celebración. Su Majestad el Rey ha preferido distanciarse y levantar un muro hacia los Duques de Palma, después de la imputación por el ‘Caso Noós’. A la llegada al Palacete de Pedralbes, la Reina intentó ser lo más discreta posible para evitar ser captada por las cámaras. Se mantuvo en el coche con los cristales ahumados hasta que la puerta del garaje se cerró para poder bajar del vehículo con tranquilidad.
Cuando termino la celebración, la Reina abandonó el lugar de la misma manera de la que entró aunque en esta ocasión, algún que otro objetivo pudo captar su imagen. La Reina Sofía parece que sabe cuando tiene que ejercer de reina y cuando de abuela, anteponiendo unas responsabilidades a otras, aunque para Miguel Urdangarín, nieto predilecto de Doña Sofía, ha recibido el mejor regalo que uno puede recibir.
Estrella Digital/EP