Si su 83 aniversario fue el más amargo por su salida de España cinco meses antes, después de reinar casi 40 años, don Juan Carlos revive la situación de hace un año sin que se sepa cuándo podrá regresar.
El rey emérito barajó viajar a España antes de concluir 2021, cuando todo apuntaba a que la Fiscalía iba a haber archivado a mediados de diciembre las tres investigaciones sobre sus fondos en el extranjero.
Sin embargo, la prórroga de las pesquisas por otros seis meses, que no necesariamente han de agotarse, pospuso su vuelta, que desde el Gobierno y la Casa Real dan por hecho que no tendrá lugar antes de que la Fiscalía concluya sus diligencias.
Don Juan Carlos llega a los 84 años con buen aspecto físico, como se comprobó en las imágenes en las que se le vio el pasado día 17 cuando asistió a ver un partido del tenista Rafael Nadal en Abu Dabi, aunque sigue arrastrando problemas de movilidad, lo que le obliga a ir con bastón y a hacer ejercicios de rehabilitación.
“Físicamente, está muchísimo mejor, porque ha perdido doce kilos”, afirma a EFE una persona que ha mantenido contacto con Juan Carlos I desde su marcha al país árabe, donde cuenta con la ayuda y protección de cuatro asistentes, además de servicio local en la villa en la que reside.
No obstante, transmite que llevar casi año y medio sin pisar España no le está resultando fácil. “No es cómodo. Mentalmente, hay que ser muy fuerte, además del repudio al que se le ha sometido”, añaden las fuentes.
Se espera que Felipe VI le telefonee para felicitarle, como hizo el pasado año, si bien entre ambos apenas hay relación desde que el rey renunció a la herencia de su padre y le retiró la asignación que recibía del Estado en marzo de 2020.
Don Juan Carlos ha recibido varias visitas de sus hijas, las infantas Elena y Cristina.
En la que hicieron en febrero del pasado año, aprovecharon para ponerse la vacuna contra la covid-19, lo que causó críticas por no haberlo hecho en España en el turno que le correspondía por edad.
Según publicó la periodista francesa Laurence Debray en el libro “Mi rey depuesto” en octubre, don Juan Carlos también mantiene contacto telefónico con la reina Sofía, quien no consta que haya ido a Abu Dabi.
Desde que vive en el emirato, madruga y hace gimnasia a diario, lee la prensa española con su móvil y su tableta y conversa por teléfono con amigos, por lo que está al día de la actualidad.
Algunos de ellos también le han visitado, como el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán o los empresarios José María López de Letona y Borja Gervás, quienes le acompañaron a ver el partido de tenis de Nadal.
También se ve de forma periódica con su anfitrión, el príncipe heredero de Abu Dabi y gobernante de facto de EAU, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, con quien habló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 28 de diciembre, sin que trascendiera si hablaron de Juan Carlos I.
Tras su encuentro con Nadal, con quien comió tras ver su segundo partido, don Juan Carlos se sometió a una PCR después de que el tenista y su entrenador, Carles Moyá, dieran positivo por covid-19, aunque en el caso del emérito el resultado fue negativo, lo que no impidió que estuviera unos días aislado.
Además de la Fiscalía del Supremo, el rey Juan Carlos aguarda la resolución de la demanda que su examiga íntima Corinna Larsen, presentó contra él por acoso ante el Tribunal Superior de Londres, que debe dictaminar si la admite o la rechaza.
La defensa del padre de Felipe VI alega que un tribunal británico no le puede juzgar al mantener la inmunidad que le otorgó haber sido jefe de Estado durante casi 40 años. EFE
A.M.