En un hecho trascendental en su preparación para convertirse en la futura líder de España, la princesa Leonor ha marcado un capítulo crucial en su carrera militar jurando la bandera este sábado. Esta solemne ceremonia simboliza un pacto con «la defensa de España», una responsabilidad que su padre, el rey Felipe VI, ha descrito como el «mayor» compromiso que alguien puede asumir hacia la nación y su gente.
La princesa Leonor no es sólo la heredera al trono; también está destinada a ser la futura capitán general de las Fuerzas Armadas. Para prepararse para este papel, comenzó su formación militar el 17 de agosto en la prestigiosa Academia General Militar de Zaragoza. Ahora, después de completar la primera etapa de instrucción y recibir el sable que certifica su estatus como dama cadete, se enfrenta a momentos significativos en su camino hacia la realeza. Uno de estos será la jura de la Constitución, programada para el 31 de octubre, coincidiendo con su 18º cumpleaños.
El acto de ceremonia de la jura de bandera fue un asunto de gran simbolismo. Acompañado por la seriedad del evento, el rey Felipe VI, vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, revisó las unidades reunidas en el patio de armas. Si bien mantuvo su compostura y no mostró reconocimiento directo hacia su hija durante la inspección, su discurso posterior fue conmovedor.
El general Manuel Pérez López, director de la Academia, formuló la histórica pregunta a los cadetes: «¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?» A lo que todos, incluida la futura reina, respondieron con determinación: «sí, lo hacemos».
Vestida con un uniforme histórico compuesto por una casaca azul, pantalones rojos y un llamativo sombrero con una pluma roja, y equipada con el rifle «Mauser», Leonor de Borbón no sólo juró lealtad, sino que también fue la primera de su grupo en desfilar y rendir homenaje a la bandera con un beso.
Durante el evento, Felipe VI destacó la profundidad del compromiso que su hija estaba asumiendo, recordando que la defensa de España es un «deber personal, moral y legal que no tiene fecha de vencimiento». También hizo hincapié en la bandera como «el símbolo que une a todos los españoles», representando el legado de generaciones de esfuerzo y sacrificio.
Posteriormente, la princesa Leonor compartió sus sentimientos, expresando que este día se grabaría en su memoria por su «significado hondo y especial». A través de una entrada en el libro de honor de la Academia, compartida por la Casa del Rey en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), expresó su profundo agradecimiento a sus instructores y compañeros.
Esta ceremonia llega casi cuatro décadas después de la jura de bandera realizada por su padre en Zaragoza. Mientras que el rey Felipe VI juró la bandera solo, la princesa Leonor lo hizo acompañada de 410 cadetes, en un esfuerzo por normalizar el evento y subrayar que la cadete Borbón Ortiz es simplemente una de muchas. A pesar de la ausencia de su hermana, la infanta Sofía, actualmente estudiando en Gales, la princesa estuvo acompañada por sus padres y numerosas autoridades, incluida la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles.