El reciente escándalo que salpica a Marius Borg, el hijo mayor de la Princesa Mette-Marit de Noruega, ha sacudido a la Familia Real Noruega y ha obligado a la princesa a modificar su agenda oficial para enfrentar la polémica.
Según informes del medio Se og Hør, Marius Borg fue detenido por la policía en Oslo por un presunto ataque «físico y psicológico» a una joven de 20 años durante la noche del 1 al 2 de agosto. El incidente tuvo lugar en un apartamento, donde, tras el supuesto acto de violencia, la víctima llamó a las autoridades. La joven fue trasladada al hospital con una conmoción cerebral, mientras que Marius Borg habría intentado huir, siendo finalmente capturado por la policía.
Marius Borg estuvo incomunicado durante aproximadamente 30 horas antes de ser liberado con cargos, y ahora se encuentra a la espera de la citación judicial.
Este escándalo ha provocado que Mette-Marit cancele su previsto viaje a París para apoyar a Noruega en los Juegos Olímpicos, donde el país ha tenido un notable desempeño, acumulando 44 medallas. La princesa y su hijo se encuentran ahora en Skaugum, la residencia oficial de los príncipes herederos, mientras enfrentan las consecuencias de este delicado episodio.
Este suceso añade tensión a la ya de por sí desafiante vida pública de la realeza noruega, que, al igual que la Casa Windsor en el Reino Unido, se ve sometida a un intenso escrutinio mediático.
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