Isabel Pantoja ha vuelto a sonreír tras el esperado reencuentro con su hija después de mes y medio sin verse y sin intercambiar palabra. Chabelita se mostraba satisfecha tras haberse vuelto a ver las caras con su madre, un hecho que calificaba como «vamos a intentar hacer las cosas poco a poco, lo importante es que lo estamos haciendo por el bien del bebe».
La conocida cantante ha vivido unas de sus semanas más tristes tras el alejamiento de su hija y de su nieto Alberto, una situación que empeoró cuando Isabel Pantoja rompía su silencio en uno de sus viajes a Madrid por motivos de trabajo. En sus declaraciones la artista no dejaba en buen lugar a la joven y ponía al descubierto lo que a todas luces era la crónica de una ruptura madre e hija anunciada.
María Isabel Pantoja, feliz por el reencuentro con su madre
Días después, Pantoja confesaba a numerosos periodistas que tenía «el alma rota» y estaba «destrozada». Las imágenes de su hija disfrutando de la feria de Sanlúcar con su hijo, Alberto y toda su familia terminaron por romper a la tonadillera.
Era entonces cuando Chabelita dejaba en manos de su madre su reconciliación «Si quiere ver a su nieto que me llame». Finalmente la cantante y su hija han comenzado a acercar posturas por el bien de todos. El ansiado reencuentro se produjo el pasado fin de semana en el chalet que la joven y su novio, Alberto Isla han alquilado en Sanlúcar de Barrameda para iniciar su nueva vida en familia junto a su hijo.
La reunión duró alrededor de dos horas en las que la tonadillera pudo disfrutar finalmente de su segundo nieto, el principal tema de conversación entre ambas, evitando agrias polémicas. Estuvieron solas, sin la presencia de Alberto Isla, por motivos de trabajo como camarero en un restaurante cercano, y Dulce, quien ha tomado posición al lado de María Isabel.
María Isabel Pantoja ha mostrado satisfacción por el acercamiento con su madre. La joven abandonaba su domicilio a primera hora de la mañana para tender algunos asuntos personales, asegurando «Mi madre ya sabe que siempre puede venir a mi casa y todo va a estar bien».