Los problemas vuelven para Kiko Rivera. La posible mudanza de Jessica Bueno con su hijo Francisquito a Londres ha hecho que el Dj esté en alerta y que haya puesto el caso en manos de su abogada. La relación de la expareja es muy tensa y Kiko no quiere ver a su ex por nada del mundo.
«No entro ahí, ni aunque me paguen». Estas son las palabras textuales que dice el hijo de Isabel Pantoja mientras espera a que le entreguen a su hijo para disfrutar con él de los días que le corresponden. Acompañado siempre por su novia Irene, Kiko acude a la casa de Jessica para recoger a Francisquito pero de la modelo no quiere ni oír hablar.
La niñera ha sido la encargada de entregar el bebé a su padre que muy emocionado se ha metido rápidamente en el coche. Irene y Kiko tuvieron un momento muy tierno con el pequeño, haciéndole mismos y carantoñas dentro del vehículo.
Los aguas que volvieron a su cauce hace un tiempo se han vuelto negras. A diferencia de otras ocasiones en las que Kiko sí que entraba a la casa de su ex y él mismo recogía a su retoño, ahora el Dj prefiere no encontrarse cara a cara con la madre de su hijo, únicamente se verán de nuevo en los tribunales.