El pasado 21 de mayo se convertía en una fecha clave que siempre estará en la memoria de la familia Ortega Cano. El conocido matador abandonaba la cárcel de Zuera con motivo de su cuarto permiso penitenciario, un hecho que podría coincidir con la concesión del tercer grado.
Esa misma mañana el exmatador cruzaba el umbral del centro penitenciario, quizá por última vez y sin posibilidad de retorno. A su llegada a Madrid y tras disfrutar de unas horas en compañía de sus seres más queridos, disfrutó practicando uno de sus hobbies favoritos, los toros.
Acompañado por su pareja, Ana María Aldón, su hija Gloria Camila y el pequeño José María, quien según sus más allegados ya tiene madera de torero, siguiendo los pasos de su padre, disfrutó de la decimocuarta corrida de abono de la Feria de San Isidro.
La futura esposa del empresario taurino apareció más vitalista y rejuvenecida que nunca con unos pantalones de topos azul marino, camisola y blazer en blanco, que le daba un aire muy taurino. Entretanto su hija escogió un look desenfadado con vaqueros ceñidos y una camiseta sin mangas.
El pequeño José María sonreía tímidamente en brazos de su orgullosa mamá, vestido con unos pantaloncitos verdes y camisa a cuadros a juego que le daban un aspecto de hombrecito. El niño se animó a saludar con su manita a los medios allí presentes. La familia posó muy sonriente, mostrando su mejor cara antes de hacer entrada en el interior del coso madrileño.
También les acompañó Manuel Molés, el periodista de Canal Plus Toros donde precisamente esa noche comenzaba Ortega Cano su nueva andadura profesional.
Según fuentes familiares, Ortega tendrá que regresar «en un plazo de seis días» al centro penitenciario de Zuera hasta que se haga efectivo el régimen de tercer grado. No obstante el objetivo del torero es estar nuevamente presente en la plaza de Madrid el próximo 1 de junio para acompañar a su poderdante, Rafael Cerro.