lunes, septiembre 23, 2024
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Las villanas de la tele: destructoras de sagas

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La venganza es uno de los sentimientos más poderosos de los que algunos personajes televisivos se nutren para dejar a la altura del betún a sus ‘enemigos íntimos’. Trapos sucios, experiencias bochornosas y mentiras descubiertas son algunas de sus mejores armas. La fama les llega a raíz del odio y las malas artes que van repartiendo a golpe de talonario. Ellas son las ‘villanas de la tele’, el azote de los famosos.

Lara Rodríguez, la pesadilla de Carmina Ordóñez

La que fuera secretaria de la fallecida Carmina Ordóñez saltó a la fama por salir en defensa de Ernesto Neyra, exmarido de ‘la Divina’. La madre de Francisco Rivera Ordóñez contó en televisión que Neyra la maltrataba, pero llegó Lara para rebatir esta versión.

Según sus palabras, decidió hablar porque su exjefa introdujo cocaína en su maleta en un viaje en la que ella actuaba de acompañante. Lara se dio cuenta de la trampa y dejó el trabajo. Seguidamente fue a contar los secretos más escabrosos de la vida de Carmina, sus adicciones y sus relaciones amorosas (aseguraba que mantuvo un romance secreto con su sobrino político, Canales Rivera, que le había sido infiel a su marido y que pernoctaba con menores de edad).

Los enfrentamientos en platós con los hermanos Matamoros se hicieron famosos por la carga violenta que engendraban. El fuerte carácter de los involucrados daba para que calificativos de la talla de “maligna, gorda y fea” volaran como dardos envenenados.

Pepi Valladares, de mano derecha a mano fustigadora de Isabel Pantoja

 A la que fuera acompañante personal de la tonadillera no le ha temblado la voz desde que decidiera sentarse en un plató para contar todos los pormenores de la familia Pantoja. Aseguró que la cantante agredió físicamente a Dulce, niñera de su hija adoptiva ‘Chabelita’, cuando se enteró de que había tenido un romance con su pareja, el exalcalde de Marbella y actual convicto Julián Muñoz. También relató que la artista estaba muy sola, y que había tenido que pasar navidades alejada de su familia para hacer compañía a la que, por aquel entonces, era su amiga.

Además, da fe que sigue enamorada de uno de los principales cabecillas del ‘caso Malaya’, aunque también, según su testimonio, nunca volverán a reconciliarse. Ahora, con ambos ex entre rejas, Valladares vuelve a la palestra desde el reality ‘Pasaporte a la Isla’, donde ha vuelto a sacar trapos sucios de la que fuera su jefa.

Laura Cuevas, otro dedo en la llaga para los Pantoja

La hija de los guardeses de Cantora salió de entre las tinieblas para defender a ultranza el honor de su familia, y dejar claro que Isabel les había echado de malas maneras del inmueble, aun teniendo su padre un acuerdo verbal con la tonadillera para poder seguir en la finca después de su jubilación.

Tras varios Deluxe, Sálvames, y portadas varias, la joven fue una de las participantes del concurso Gran Hermano VIP, donde coincidió con Kiko Rivera, hijo mayor de Pantoja. Vivieron grandes momentos de tensión, que continuaron en los platós una vez habían abandonado el programa. Cuevas defiende su versión de que Isabel no trataba de la misma manera a Kiko, hijo biológico, y a ‘Chabelita’, hija adoptada, con la que cuenta que apenas tenía trato, y que cuando lo tenían, saltaban chispas (desvela el fuerte carácter de la niña, que ya desde los 12 anunciaba que a los 18 se marcharía de casa, y que llegó a estampar el móvil de su madre contra la pared). Ahora Laura parece desaparecida del mapa, y hace meses que no deleita a los telespectadores con una aparición en los medios.

Las dos enemigas de 'La Pantoja', Cuevas y Valladares, también tuvieron su correspondiente enfrentamiento al chocar sus dos versiones sobre la vida y milagros de los habitantes de Cantora.

José María Franco, el chófer traidor de Rocío Jurado

‘La más grande’ debió de revolverse en su tumba al ver que el que fuera su hombre de confianza y chófer personal, estaba desempeñando un nuevo oficio: el de correveidile.  La familia Jurado se vio envuelta en una serie de acusaciones, entre las que suman la de homosexualidad por parte de José Ortega Cano, que acabaron no solo con enfrentamientos físicos (Rosa Benito, excuñada de Jurado, agredió al conductor en plena grabación de Sálvame Diario), sino en los Juzgados.

Franco demandó a Benito por agresiones y por injurias (insinuó que era pederasta), que acabó con una disculpa por parte de la cuñadísima delante del juez y una retirada de la acusación. La que no salió muy bien parada fue Rocío Carrasco, única hija biológica de la tonadillera, que tuvo que abonar 20.000 euros (le fue retenido su sueldo en el programa ‘Hable con ellas’) en concepto de costes por perder el juicio en el que acusaba al exchófer de calumnias al contar que el actor Miguel Ángel Muñoz la besó siendo menor de edad y estando ella saliendo con su actual novio, Fidel Albiac.

Marisa Rejano, amante despechada de Amador Mohedano

Otro azote para los Jurado es Marina Rejano. Asegura haber sido pareja de Amador, hermano de Rocío, y cuenta innumerables detalles de su vida privada, como que mientras Rosa Benito estaba en ‘Supervivientes’ su marido “tuvo una relación con una famosa”. Añadía también que Rosa Benito advirtió a su entonces marido que llamaría «a la Guardia Civil» si le veía con ella en su casa de Chipiona.

Ahora vuelve a la carga y sus apariciones en Sálvame son de nuevo un hecho. Narra que Amador no está bien con su novia Jacqueline, con la que asegura que sigue “por no estar solo”. También devela que “lleva mala vida” y vaticina que “sus vicios le pasarán factura muy pronto”.

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