José Fernando ha sufrido un accidente en el centro Betania de Albacete en el que permanece ingresado desde hace cuatro meses, tras llegar proveniente de la clínica López Ibor de Madrid.
Según las primeras informaciones que se publicaron el pasado jueves por la mañana, el hijo de José Ortega Cano trataba de acceder por una ventana al centro tras pasar la noche fuera y al caerse se hizo una gran brecha en la cabeza por lo que tuvo que ser llevado de urgencias al Hospital Universitario de Albacete en el que fue atendido, tal y como ha asegurado el director del centro, Alejandro Márquez.
Éste ha explicado que alrededor de las 20:30 del pasado miércoles el joven se cayó de un cubo al que se había subido al ceder éste por el peso del joven, y sufrió un fuerte golpe. El mismo fue el encargado de llamar al 112 y trasladarle a un hospital donde fue atendido de sus heridas que tan sólo consistieron en unos pequeños rasguños, a pesar de lo cual, fue trasladado en ambulancia. Ortega Cano se ha mostrado muy indignado con ésta información, porque él asegura que el joven no salió en ningún momento del centro donde se encuentra recuperándose de sus adicciones: «Acabo de hablar con el director del centro en el que se encuentra y me ha dicho que José Fernando no ha salido del centro, no ha ido a ningún sitio de drogas como se ha dicho. Se ha caído allí en el mismo centro donde se encuentra y donde vive, pero no ha tenido nada. Se ha trasfigurado la realidad.»
Márquez ha negado en varias ocasiones que José Fernando haya sufrido una recaída de sus adicciones y trató de restar importancia al suceso asegurando que no había hablado con la familia hasta la mañana siguiente porque se trataba de un suceso de poca importancia.
Al día siguiente del suceso, José Ortega Cano restaba también importancia al asunto asegurando que una vez más se había exagerado todo lo referente a su familia. El torero también estaba de actualidad por otra noticia, la boda de Rocío Carrasco y Fidel Albiac, asunto del que prefirió mantenerse al margen para no decir nada que pudiera empeorar las ya de por si deterioradas relaciones familiares.