Horas después de que Lamar Odom fuera ingresado en estado crítico por una sobredosis de cocaína y opiáceos, la ex pareja de Kourteney Kardashian ha decidido entrar en un centro especializado de Malibú. «Él quiere que esta vez funcione porque estuvo a punto de perderlo todo», dijo una fuente cercana a la celebridad de 32 años.
Una determinación que llega el mismo día que se ha conocido la decisión de su ex pareja de no darle la custodia física de sus tres hijos, Mason, Penelope y Reign. Kourtney y Disick dieron por terminada su relación de nueve años este verano después de que él pasara unos días de fiesta y desenfreno en Monte Carlo junto a su ex novia, Chloe Bartoli. «Él tiene problemas con el alcohol y no puede ser un buen padre sin supervisión», comentaba una persona muy cercana a la hermana de Kim Kardashian. Tal y como se revelará en el primer pase de la undécima temporada Keeping Up With Kardashians, que se emitirá el próximo 19 de octubre, Scott es consciente de su metedura de pata que cometió. «Es la peor decisión que he tomado en mi vida», se le oye decir a Disick a la abuela de sus pequeños, Kris Jenner, y al resto del clan.
No es la primera vez que la estrella televisiva trata de apartarse del mundo de las drogas y el alcohol. El pasado mes de marzo y después de una fiesta que se prolongó durante varios días, el ex de Kourtney entraba en una clínica especializada de Costa Rica, en la que estuvo pocas horas. «Me he dado cuenta de que mis problemas me superan y estoy verdaderamente listo para remediar esta lucha en la que sigo batallando», decía en un comunicado Scott.
Puede que la complicada situación que atraviesa el que fuera su cuñado le haya hecho ver las orejas al lobo y se tome, por fin, su salida del alcohol y las drogas en serio.