Sara Carbonero se recupera a pasos agigantados de su segundo embarazo. La presentadora acudía la semana pasada a un photocall, el primero después de haber dado a luz al pequeño Lucas, y dejaba boquiabiertos a los medios allí presentes con su estupenda figura.
Al ser preguntada por los trucos a la hora de conseguir semejantes resultados, la periodista era franca: «Todavía tengo que llevar faja». La manchega admitía que no se la había quitado desde que tuvo a Lucas, como la mayoría de las madres que quieren evitar el descuelgue natural la zona del vientre después de estirarse para albergar al feto.
A pesar de lucir siempre perfecta, la mujer de Iker Casillas tiene los mismos problemas que cualquier mortal, y aplica estos trucos para evitar perder la imagen tan estupenda que siempre ofrece. Según ella misma ha confesado, el estrés y el cansancio por hacerse cargo de dos niños tan pequeños también le están ayudando a perder los kilos que ganó durante el embarazo. Y es que Martín, de dos años, y Lucas, de casi dos meses, no le dan respiro. Eso sí, la manchega no está sola: «Me ayudan el padre y los abuelos, así que puedo tomarme algunos ratitos para relajarme».
Sara no ha tenido todo el tiempo que hubiera querido para cuidarse. La autora del blog 'Cuando nadie me ve' está a punto de estrenar su nuevo programa, 'Quiero ser', un espacio que se emitirá en la cadena Telecinco y en el que cambia el periodismo deportivo por el de moda.
Su hijo Martín disfruta junto a su prima en el pueblo
Mientras, Carbonero y su familia se encuentran en tierras abulenses, donde disfrutan de unos bonitos días de vacaciones en el pueblo de Iker Casillas. Tanto ella como el guardameta han compartido fotos de ellos y sus hijos en el precioso pueblo de montaña, donde se han reencontrado con los familiares del futbolista.
En la última imagen, Martín, el hijo mayor del matrimonio, aparece junto a su prima Guadalupe, la que se ha convertido en su compañera de juegos durante este verano rural. Con unas bermudas, una camiseta blanca y unas zapatillas de deporte, el pequeño estaba del todo equipado para pasar una tarde de juegos junto a su primita, con la que parece haber hecho muy buenas migas.
Ana P. Cabrero