El jinete Álvaro Muñoz Escassi ha cerrado el 2006 de la forma más romántica y especial posible: celebrando su boda con su pareja, Raquel Bernal, a la que ha dado el sí quiero en su casa de Punta Cana. La revista '¡Hola!' ha sido la encargada de recoger el álbum de boda de la pareja, que celebró una fiesta muy especial rodeada de sus seres queridos.
Los invitados fueron convocados a una 'fiesta blanca', donde les dieron la sorpresa de que, además del festín, iba a celebrarse la boda. En medio del cóctel de bienvenida que recibió a estos ochenta íntimos, entre quienes estaban por supuesto los hijos de Álvaro, su ex, gran amiga y confidente Lara Dibildos, el jinete Luis Astolfi y el periodista José Oneto, se repartieron unos sobres y les dieron la gran noticia.
«Era mejor así porque si se lo cuento no se lo hubieran creído. Y encima siendo 28 de diciembre, Día de los Inocentes, pues imagínate” asegura el jinete, que ha llevado durante mucho tiempo el cartel de conquistador. Ni siquiera Lara, con quien le una cercana relación sabía nada: “¡Estaba muy contenta!”.
El blanco tradicional de todo enlace no lo llevó en esta ocasión la novia sino los invitados, que siguieron este 'dress code'. Raquel escogió en su lugar un precioso vestido en tono azul cielo de Zuhair Murad. Con este detalle logró sorprender ella al novio, también él tenía reservado algo inesperado en su gran día. “Así no tiene que llevar nada azul” comentó Álvaro refiriéndose a las tradiciones que siguen todas las novias.
Hubo además dos padrinos, algo sin duda diferente. “Tenían que ser dominicanos y, por parte de mi mujer, fue un amigo íntimo, Leopoldo Castillo, y, por mi parte, la persona más buena de Dominicana y parte del mundo, Rafael Contreras” explica Álvaro. Tras la ceremonia, los invitados degustaron un original banquete ya que había 'estaciones' con todo tipo de rincones gourmet. Había desde ibéricos españoles hasta marisco y pasta, para todos los gustos. Cuando llegó la hora del baile, la pareja sustituyó el tradicional vals por salsa, merengue y bachata con la que comenzó una fiesta con música en directo y actuaciones de artistas locales.
Por su parte, la revista 'Lecturas' trae la revelación que Jorge Javier ha hecho sobre Las Campos: «Teresa desea que Terelu tenga programa propio, un marido y algunos kilos menos». El presentador declara que la segunda temporada del 'reality' de la familia le pareció una auténtica «delicia»: «Cuando se estrenó el programa advertí que era un espacio de culto y la gente pensó que estaba ejerciendo de palmero. Ahora que ya vamos por la segunda temporada comienzan a lloverle las críticas elogiosas y sus adeptos se cuentan por millones. No me extraña porque el ‘reality’ es pura delicia para paladares de pico fino pero también para amantes del ‘fast food’. Todos encuentran un motivo para engancharse».
Además, desgranan la polémica que ha habido con el vestido que Cristina Pedroche lució para las campanadas de este año. La presentadora no dejó indiferente a nadie con una creación confeccionada de manera impecable por Pronovias, bajo la batuta de su director Hervé Moreau y tomando como base las ideas del estilista Josie, compañero de Cristina en 'Zapeando’, quien asegura en su web que se inspiró en una fiesta a la que asistió en verano, cuya temática era el espacio, las estrellas y las constelaciones. El famoso corsé de terciopelo azul con estrellas hechas a mano de cristal de bohemia que lució Pedroche se parecía sospechosamente a un diseño de John Galliano de 1997.
Y en 'Semana', las declaraciones más rotundas de Terelu, que asegura que «Edmundo no es un santo, pero mi madre tampoco». La hija de María Teresa Campos habla sin cortapisas sobre la relación de su madre con el humorista, pero también hay declaraciones de su madre hablando de la relación que mantiene con los hijos del humorista chileno.
También está disponible un reportaje de los hijos de Rocío Carrasco, felices con su padre, Antonio David, y las fotos de las infantas Elena y Cristina juntas en Vitoria, a unos meses de que se sepa definitivamente si Iñaki Urdangarin tendrá que ir a prisión.
Ana P. Cabrero