Sincera y sin pelos en la lengua. Así se ha mostrado Cósima Ramírez, hija de Pedro J. Ramírez y Ágatha Riz de la Prada, que ha querido sincerarse sobre los escabrosos temas que han perseguido a su familia en los últimos tiempos. Del inesperado divorcio de sus padres, descubre que le pilló «por sorpresa»: “Estas cosas son siempre desagradables. Pero me ha sorprendido el morbo que ha despertado. Con todas las cosas interesantes y revolucionarias que han hecho mis padres, me temo que esta es una de las menos extraordinarias”, cuenta en la revista 'Vanity Fair'.
Deja claro que, pese a que quiere mucho a su padre, en estos momentos no puede «estar de su lado»: “Necesita que le eche un par de broncas. Lo hago por su bien y él lo sabe”. Respecto a su madre, que apareció ante las cámaras muy dolida y reconoció que no estaba llevando nada bien el proceso de separación, espera que “se le pase el disgusto y que se dé cuenta de lo muchísimo mejor que vamos a estar todos. Ella es más divertida y más moderna que mi padre y se ha tenido que parar de muchas maneras y adaptar a los ritmos de él”.
La joven no oculta que creció en una casa donde “dos titanes luchaban sin cuartel” para ver quién se imponía. “Ahora mi ego es probablemente igual de monstruoso que el de ellos”, dice con resignación. Al ser preguntada sobre cuál es su mayor complejo no tiene reparos en responder: “Dejar completamente atrás y en la sombra a mis padres”.
Habla sobre su sexualidad
Cósima se confiesa libre en todos los aspectos de su vida, incluso en la sexualidad. Asegura que comparte con su padre la convicción de que las tendencias sexuales no deben ser motivo de estigma social. Admite que la sexualidad es algo tan “incontrolable y aleatorio” que “me parece cruel, patético y retrógrado que te juzguen por ello”. Además añade que “en España son muy cotillas y muy reprimidos. Ya es bastante difícil encontrar pareja, ¿por qué limitarse a una sexualidad?”. Admite que alguna vez se enamoró «de una mujer y fue maravilloso, pero igual podría haberme enamorado de un chico” y aclara que, por el momento, se ha sentido más comprendida por una mujer.
Además no tiene problemas en opinar sobre el escándalo sexual en el que se vio implicado su padre, cuando numerosas personalidades de la vida pública nacional recibieron un vídeo anónimo en el que aparecía Pedro J. Ramírez manteniendo relaciones con una prostituta. “Todos los que me conocían sabían de la existencia de ese vídeo, todos menos yo”, recuerda Cósima. “Me enteré muchos años después. Me pareció indignante que no me lo contaran. Fue un shock, pero tampoco me importó para nada. El héroe de esa historia fue mi padre, porque no se rindió ante el chantaje”, asegura.
Ana P. Cabrero