Que la relación entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores es mala no es novedad. Sin embargo, la expareja ha dado en estos días un paso que podría ser el definitivo entre ambos y que acabaría con la guerra en el que están enzarzados desde hace años. Este lunes las portadas de ‘¡Qué me dices!’ y ‘Pronto’ destacan la guerra que ha estallado entre los dos, después de que la hija de Rocío Jurado pida cárcel para el colaborador televisivo al acusarle de maltrato psicológico y violencia verbal.
Hace unos meses que Antonio David comenzó un ‘tour’ por distintos medios de comunicación en los que ha revelado algunos secretos de su relación con Rociíto, de la que cuenta que le dijo a su hija en común que no iba a parar hasta ver a su padre en la cárcel. Además, el ex guardia civil ha remarcado que Rocío no ha sido una buena madre: “No cuidada bien de su hijo”, señaló. A ello hay que sumarle que Antonio David se ha quedado con la custodia del joven, que acaba de cumplir 18 años, y desde pequeño ha vivido con su madre, de la que decidió separarse, como lo hizo con anterioridad su hermana mayor.
Durante todo este tiempo, la presentadora había permanecido callada pero finalmente ha decidido acudir a los juzgados y presentar una querella penal contra él por usar la imagen de su hijo de forma pública, concretamente por “aprovecharse de una persona que no está en sus plenas facultades (sufre una enfermedad desde su nacimiento) en busca de un rédito económico con una serie de reportajes”.
De esta manera Rocío pide pena de cárcel para el padre de sus hijos, porque asegura que se está aprovechando de que “el chaval no puede elegir si quiere salir o no, porque no tiene las capacidades para decidir qué quiere hacer”, según informó el periodista Antonio Rossi en ‘El programa de Ana Rosa’. Por su parte, Antonio David siempre ha alegado que su hijo es mayor de edad y ya tiene capacidad para decidir, como en el asunto de saber con quién quiere vivir. Según él además su hijo no tiene reconocido ningún grado de minusvalía porque jamás ha pasado por un Tribunal Médico.
Ana P. Cabrero