«¿Quieres unirte al Club de las #malasmadres? Es muy sencillo, solo tienes que publicar una foto en tus redes sociales haciendo algo que una de esas tantas madres perfectas jamás harían. Ellas te aconsejan siempre por el bien de tu pequeño, ya que tú que vives por y para él… ¡no lo haces! Y si crees que lo haces, no te confundas «amiga», porque no lo estás haciendo bien. Si eres madre primeriza siéntete afortunada porque juegas con ventaja para optar al título de #malamadre», escribe Noelia López en su blog de Antena 3.
La modelo ha estallado contra todas aquellas mujeres que se sienten en el derecho de juzgar su buen hacer como madre y que critican todas y cada una de las acciones que comparte, junto a su bebé, en las redes sociales. «Quizás las #malasmadres nos estamos poniendo de moda, por eso voy a facilitarte unos pasos a seguir si quieres ser una de nosotras. Solo tienes que subir una foto en tus reses sociales sin dejar claro un texto explicativo punto por punto de cada detalle, y si haces esto… tranquila, seguro que una de esas madres perfectas en su papel de jueza frustrada encuentra el fallo», apostilla.
Cansada de tener que leer verdaderas barbaridades, la andaluza ha elaborado un listado de situaciones en las que es muy posible que, otras madres primerizas como ella, reciban críticas de otras. «Siempre suelo agradecer a las personas que me acompañan cada día, entender los diferentes puntos de vista que me comentan desde el respeto y sentirme afortunada porque mis seguidores en su gran mayoría son más cariñosos que 'haters'. Pero llega un momento que agota, bien debe saberlo mi querida Soraya Arnelas», continúa. La profesional de la moda hace referencia a la cantante Soraya, a la que también juzgaron por salir a cenar con su marido a los pocos días de nacer su pequeña.
«Desde aquí mando un beso enorme a todas esas malas madres que en un principio intentaron no serlo, a todas esas que vamos con la L en la carretera de la maternidad. A todas esas que aún siendo realistas y sin disfrazar realidades vivimos por y para ellos (aunque todo lo hagamos mal) y su sonrisa por la mañana nos hace olvidar lo menos bonito de toda esta experiencia, siempre viviéndolo y sin querer ocultarlo. A todas esas madres que también piensan en ellas mismas como ser humano, persona y mujer y se dedican sus ratitos de disfrute, o al menos lo intentan», apostilla, poniéndole punto y final a su texto.
Ana P. Cabrero