María José Campanario, poco a poco, está volviendo a ser la mujer que era. La esposa de Jesulín de Ubrique ha salido, en la mañana de este martes 5 de septiembre, de la clínica El Seranil, donde fue ingresada para que le controlaran la medicación que ha recibido por su enfermedad (fibromialgia), regularle el sueño y la alimentación, tal y como aclaró ella misma.
La mujer del torero no ha recibido el alta hospitalaria, pero sí que podrá disfrutar de salidas puntuales para pasar más tiempo junto a su marido y sus hijos. Parece que su estancia en la clínica se prolongará durante unas semanas más, y es posible que a mediados de septiembre reciba el alta definitiva que tanto desea la familia.
Su ingreso, según reconoció Campanario, «fue voluntario», motivo por el cual ella misma puede decidir si entra o sale de la clínica bajo petición, eso sí, bajo supervisión médica. En esta última salida, ha podido pasar unas horas junto a su marido,que toreaba en Peralta, Navarra, y hasta allí se desplazó una sonriente María José.
Bastante recuperada y con un estilismo muy veraniego, María José esperó a su marido en el hotel. Una vez finalizado el festejo, ambos salieron muy sonrientes, pero sin hacer declaraciones a la prensa. Parece que María José ha superado ya ese mal bache en el que se tiñó el cabello de rubio platino y portaba gesto serio y mirada perdida. Ahora, con el cabello más oscuro, vuelve a lucir una gran sonrisa en su rostro.
Ana P. Cabrero