Hoy es un día muy especial en la vida de Vicky Martín Berrocal y de Manuel Díaz 'El Cordobés'. Su hija Alba cumple 18 años envuelta en un halo de moda y belleza que se encarga ella misma de manifestar a través de su cuenta de Instagram, digna de la mayor de las 'influencers'. El rostro de la joven, al fin despixelado, muestra que ha heredado lo mejor de la belleza de ambos progenitores.
Hace unos meses dedicó su primer verano antes de la universidad a trabajar como relaciones públicas de uno de los garitos de moda de Marbella, y ahora cursa sus estudios en una de las universidades más elitistas del país. Además, sirve como modelo a su madre, que usa a la adolescente como maniquí para que pasee sus elegantes diseños de inspiración andaluza.
Sus redes sociales se han convertido en una auténtica ventana a su vida. Allí no solo publica fotos junto a sus padres y de su día a día, sino que además su 'stories' es desde hace meses un ir y venir de marcas que, conocedoras de su repercusión, le envían productos para que los pruebe y ya de paso los enseñe en el escaparate que supone su perfil en esta cada día más extendida red social.
Alba está muy unida a su familia. Tiene dos hermanos por parte de padre, que junto a Virgina troconis formó una nueva familia después de separarse de Vicky. Junto a ellos pasa todo el tiempo que puede. De hecho, en el puente de la Inmaculada viajaron juntos a París para celebrar por adelantado el cumpleaños de la joven.
Hace algunas semanas, los rumores de un posible romance con Froilán sonaron con fuerza. Un par de encuentros en público y alguna foto de paparazzi hicieron suponer una realidad que finalmente se demostró ficción. Sin embargo, sí que hay un vínculo que les une: el de la universidad. Ambos estudian en el CIS The College for International Studies, un centro cuyos estudios se calcula que cuestan a sus progenitores unos 20.000 euros al año, ubicado en la exclusiva calle Velázquez de Madrid y donde comparten aulas con otros hijos de personajes relevantes de la alta sociedad nacional.
Ana P. Cabrero