La tiktoker e influencer alicantina Lola Moreno, más conocida como Lola Lolita, ha mostrado en sus redes sociales cómo se ha enfrentado a su mayor miedo. La joven de 20 años cuenta con más de 10,3 millones de seguidores en Tik Tok y más de 2,5 millones en Instagram, y si a algo le debe su éxito, es a mostrar su naturalidad y personalidad sin tapujos. De hecho, ha mostrado a su familia en numerosas ocasiones y ha hablado de situaciones personales de su pasado para que sus fans puedan conocerla mejor y sentirla más cercana.
Ahora también ha enseñado a través de un vídeo el ataque de pánico que sufrió cuando fue a realizarse unos análisis de sangre. La influencer tiene miedo a las agujas y a la sangre, por lo que el mal trago estaba asegurado. En el vídeo se puede ver como Lola Lolita hace ejercicios de respiración para intentar relajarse siguiendo algunas instrucciones que las propias profesionales le estuvieron diciendo para calmarla. «Respira despacio, como si tuvieses una vela delante», eran algunos de los consejos. Sin embargo, la tiktoker estaba tan asustada que no podía dejar de temblar y llorar.
Sus seguidores reaccionan
Aún así, termina haciéndolo y exclamando: «¡Cuánta sangre!». Una vez relajada y pasado el pánico, Lola Lolita subía el vídeo a Tik Tok añadiendo un toque de humor: «En mi cabeza creía que lo estaba haciendo súper bien», añade. La secuencia se ha vuelto viral (como la gran mayoría de vídeos que hace), acumulando más de 300 mil ‘me gusta’ y son muchos seguidores y fans los que no han dudado en comentarla, algunos de ellos identificándose con ella. «Me he puesto nerviosa sólo con verla» o «Se llama fobia y es una reacción que se puede dar tengas 21 años o 47».
Al mismo tiempo, también recibía otros comentarios de quiénes le llamaban «débil» por este tipo de reacción. Son los llamados haters o personas que no entendieron el vídeo ni llegaron a empatizar con la influencer. «No entiendo. ¿Para los tatuajes no te molesta?», decía un usuario de la plataforma social, a lo que Lola Lolita explicaba que le da «pánico la sangre y que me introduzcan la aguja. Eso es lo que me da miedo, y en un tatuaje no pasa».