María Pombo está viviendo unos días muy intensos emocionalmente tras dar a luz a su hija Vega, que vino al mundo con unas semanas de adelanto hace apenas unos días.
La influencer ha querido ahora, a raíz de las preguntas de sus seguidores, contar cómo fue su parto y cómo lo vivió todo.
La más conocida de las hermanas Pombo ha confesado en su perfil de Instagram que físicamente se encuentra cada día un poquito mejor. No obstante, la recuperación de una cesárea no es algo fácil y por eso la influencer ha reconocido que hasta hablar alto le duele.
Por otro lado María Pombo asegura que psicológicamente se siente triste y hasta frustrada, ya que tenía unas expectativas en su cabeza y había dado por hecho que el parto de Vega sería igual de maravilloso que el de Martín, su hijo mayor, de dos años.
«Con mi actitud de chica con suerte no me llegué a plantear otro escenario en mi cabeza y eso creo que lo ha hecho más difícil», ha contado.
En cuanto al posparto, la influencer también ha dicho que esta vez está siendo muy distinto: «Necesito ayuda para todo, me siento inútil y odio no poder estar al 100% ni con Vega ni con Martín. Y para rematar, soy una fiesta de hormonas».
A pesar de todo, María Pombo ha querido recalcar que se siente feliz y llena de amor por esa nueva persona que se ha incorporado a la familia.
«Me daba muchísimo miedo no tener ese sentimiento de amor a primera vista (por describirlo de alguna manera) con Vega como lo tuve con Martín. Y desde el segundo uno ese sentimiento se ha multiplicado. Estoy tan enamorada que se me saltan las lágrimas al mirarla«, ha confesado.
María Pombo muestra la realidad de su cesárea
La influencer ha sido muy sincera con la cesárea a la que fue sometida, mostrando que el dolor y la frustración son totalmente normales.
Al parecer, según ha contando ella misma, rompió aguas de manera inesperada a las 36 semanas de gestación, con la mala suerte de que su hija estaba de nalgas.
Sin embargo, tuvieron la fortuna de que, al llegar al hospital, su ginecólogo logró hacer una versión cefálica externa y colocó al bebé de cabeza en apenas unos minutos.
Lo que sucedió después no lo podían imaginar. Aunque todo estaba preparado para un parto vaginal normal, la dilatación no progresaba y la niña, que venía con algunas vueltas de cordón, era incapaz de bajar por el canal del parto.
Es por ello que, finalmente, los médicos decidieron realizar una cesárea de emergencia, pues el bebé estaba comenzando a dar señales de sufrimiento.
Tras dar a luz, María Pombo ha confesado: «Estaba tan mareada y temblaba tanto (por la operación) que tuve que pedir a mi matrona que me quitara a la niña y se la diera a Pablo». Un momento que asegura que le ha hecho llorar mucho.
María Pombo: «Nada ha sido ideal ni como yo lo tenía planteado»
Uno de los momentos que más esperaban los seguidores de la influencer era ver la reacción de su hijo mayor, Martín, cuando conociera a su hermanita.
Sin embargo, ese momento tampoco fue tan idílico como pensaba María Pombo: «Cuando llegamos a casa, Martín estaba en la piscina. Se hizo el chulito y no quiso mi mirarnos a la cara», ha confesado la recién mamá de dos, dando otra píldora de realidad.
«Como podéis observar, nada ha sido lo ideal ni muchísimo menos como yo lo tenía planteado en la cabeza», ha dicho la madrileña con algo de sorna.
Lo importante es que la pequeña Vega, que pesó al nacer 2,420 kilos y se quedó en 2,200 kilos al abandonar el hospital, se encuentra estupendamente y está siendo controlada por su pediatra.
Por último, María Pombo ha contado que, la última vez que se pesó embarazada, la báscula marcaba que había ganado 13 kilos, pero que le importa poco y no tiene prisa por volver a pesarse, comentario que ha sido muy aplaudido.