El único detenido, de 43 años, es acusado de tráfico de armas, depósito de armas de guerra y depósito de explosivos, aunque por el momento se descarta que tenga alguna vinculación con grupos organizados de terroristas o delincuentes y tampoco se sospecha que pudiera vender las armas.
El capitán Fernando Castellanos, de la Jefatura de Información del instituto armado, ha explicado en rueda de prensa que se trata de un hombre «introvertido y solitario» que tenía afición por las armas y explosivos.
Se dedicaba a comprar armas, algunas de ellas inutilizadas, que después él mismo habilitaba, además de fabricar su propia munición y un buen número de artefactos explosivos en condiciones de ser utilizados.
La investigación, que incluyó el registro del domicilio donde residía el ahora arrestado y un garaje que usaba como almacén, sigue abierta.