Esta empleada, Miriam, lo ha denunciado en sus redes sociales con un vídeo en el que cuenta cómo su hijo de 10 años se echó a llorar al coger la nota pensando en que los iban a echar de la casa por el empleo de su madre, que se declara «muy orgullosa» de trabajar en un supermercado.
«Estamos ayudando a muchas personas aun poniéndonos nosotros en riesgo. Seguramente han sacado el modelo de las redes sociales, donde ya he visto cosas más o menos parecidas. Me parece un poco cobarde y me voy a contener mucho, porque… porque no, no hay derecho a esto. Ya tenemos bastante nosotros con lo que tenemos que pasar todos los días para soportar esto», dice con la voz entrecortada mientras oye a su hijo llorar en el sofá.
En el escrito que recibió se lee: «Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgo. Gracias».
El que ella ha pegado en respuesta junto al anterior en el espejo del recibidor del edificio dice: «Soy la vecina del 3º izquierda. Al o a los valientes que dejan notas anónimas bajo la puerta (…) os diré varias cosas: Sí trabajo en un supermercado, con lo cual gracias a nosotros vosotros coméis cada día».
«No me tenéis que venir dando lecciones de limpieza cuando soy la primera que llega a casa y no puedo darle un beso a mis hijos hasta que no me he limpiado y desinfectado. La próxima vez, en vez de tanto aplauso a las ocho de la tarde, tened un poco más de empatía por las personas que tenemos que trabajar y tenemos familia», añade.
«Y en vez de dejar notas por debajo de la puerta de mi casa -concluye-, me tocáis el timbre y os lo diré personalmente. Por cierto, gracias por hacer llorar a mi hijo de 10 años, que ha sido el que ha cogido la nota».
Estrella Digital