Tras cometer el crimen, en la madrugada del 11 de julio de 2017, el acusado se personó en dependencias policiales y manifestó: «Vengo a declarar que he matado a mi madre», por lo que se le ha estimado la atenuante de confesión y la agravante de parentesco, según la sentencia.
En los hechos probados se afirma que el agresor, natural de Calw (Alemania), mató a su madre de manera «consciente y voluntaria» y lo hizo mientras dormía, por lo que la privó de la posibilidad de defenderse.
El jurado consideró que el crimen fue un asesinato con alevosía y que aprovechó que estaba durmiendo «para evitar cualquier tipo de confrontación con la misma», cogió de la cocina un cuchillo y se lo clavó en el cuello.
El cadáver fue descubierto sobre las 8.00 horas por el marido de la víctima, cuando fue a recogerla para ir a trabajar.
El fiscal y la acusación particular, ejercida por el letrado Pascual Javier Molina Báez, habían solicitado la pena a la que ha sido condenado el acusado, al considerar que se cometió con alevosía porque la víctima estaba dormida y no pudo defenderse de la agresión.
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