Tal como ha explicado a los medios el jefe operativo de los Bomberos de la Generalitat, David Borrell, durante las tareas de extinción esta madrugada se han producido cuatro colapsos parciales de la estructura, que está en inminente riesgo de derrumbe, y que han puesto en riesgo a los propios profesionales.
Por eso se está esperando a poder evaluar, con plena luz del día, el estado exacto de la estructura y decidir las maniobras que se llevarán a cabo para entrar, así como para determinar de qué forma se puede rescatar uno de los dos cadáveres que aún permanece en el interior del edificio.
«Sabemos que puede haber más personas, pero la situación está muy comprometida», ha admitido el jefe de Bomberos.
De acuerdo con Borrell, el estado «muy precario» de la finca -formada por dos naves conectadas entre ellas- hace que la inspección del interior sea «muy compleja».
«Si podemos hacer una inspección más ofensiva, podremos hacerlo hoy, pero si la estructura está gravemente dañada, podríamos estar hablando de días», ha agregado.
Por su parte, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, que ha acudido acompañado del vicepresident, Pere Aragonès, y del titular de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir El Homrani, ha aseverado que todavía se desconocen las causas del incendio y que no descarta ninguna hipótesis.
«Estamos pendientes de un análisis técnico para que nos digan el grado de riesgo de colapso total del edificio», ha enfatizado para indicar que existe la posibilidad de que la finca se tenga que derribar mecánicamente.
Sàmper tampoco ha sabido precisar el número de personas que podrían permanecer en el interior de la nave -para lo cual es necesario que accedan los bomberos- porque, ha dicho, «no ha habido colaboración por parte de las víctimas», con las que hay «una barrera idiomática».
En declaraciones a TV3, ha descartado la posibilidad de que haya personas con vida en el interior de la nave dada la «virulencia» del incendio.
«La virulencia del incendio hace incompatible que una persona que no pudiese salir al principio pueda estar con vida (…). Es incompatible con las características del incendio», ha subrayado el conseller, quien no ha descartado que pueda haber más víctimas mortales, aunque ha recalcado que en estos momentos son «suposiciones».
Por otro lado, ha explicado que le ha llamado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para interesarse por lo sucedido en Badalona.
El incendio se originó anoche por causas que aún se desconocen en una nave ocupada en el barrio del Gorg, abandonada desde hace años pero en la que residía alrededor de un centenar de personas.
Debido a las llamas, dos personas han fallecido, tres están en estado crítico y cuatro graves -que han sido derivadas al Hospital Vall d’Hebron, al Germans Trias i Pujol (Can Ruti) y al Hospital del Mar– y otras doce con heridas leves, según los últimos datos.
Según el subjefe territorial del Servicio de Emergencias Médicas (SEM), Francisco Tébar, la evolución de los pacientes más graves es «favorable».
Por su parte, el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha detallado que de las 60 personas residentes en la nave que ayer fueron identificadas por el consistorio, unas 15 han solicitado ser atendidas por los servicios sociales.
El alcalde también ha resaltado que el consistorio era conocedor de la situación de la nave, ocupada desde hacía siete u ocho años, pero que en los últimos tres había comenzado a generar problemas de «seguridad y convivencia» con el resto de vecinos, por lo que ya se estaba «actuando» desde el gobierno municipal a nivel «social, policial y urbanístico».
De hecho, el propio Albiol había protagonizado algún encontronazo con los residentes en la nave, como el pasado agosto, cuando decidió convocar a la prensa delante de la finca para presentar la unidad Omega de la Guardia Urbana, una sección policial contra ocupaciones ilegales de pisos.
Por su parte, Ferran Busquets, director de la Fundación Arrels, que atiende a personas que viven en la calle, ha achacado el trágico incendio a «la vulneración del derecho a la vivienda», que «en el peor de los casos» lleva a «perder la vida».
Busquets ha recordado que «vivir en la calle o en una infravivienda reduce la vida drásticamente, ya sea por una enfermedad, ya sea por un incendio en la nave donde intentas refugiarte».
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