En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha informado de que la investigación de la Operación Delphos se inició el pasado septiembre al detectarse la existencia de un grupo organizado dedicado al avituallamiento de víveres, combustible y otros enseres a organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en alta mar.
Las labores de inteligencia permitieron detectar diversos puntos en alta mar donde las embarcaciones dedicadas al narcotráfico organizado, conocidas como narcolanchas, realizaban paradas de larga duración.
Estos puntos proporcionan a las organizaciones criminales mayor seguridad que el mantener la droga en tierra, asegurando así una menor exposición a las fuerzas policiales marroquíes.
Ese «modus operandi» de las organizaciones criminales requiere como colaborador necesario de una rama logística que les suministre avituallamiento de víveres, abastecimiento de combustible y otros enseres de primera necesidad, así como llevar a cabo puntuales cambios de la tripulación o pilotos de las embarcaciones debido a las largas estancias en alta mar.
Según la Guardia Civil, el entramado criminal desarticulado promovía, coordinaba y dirigía ese suministro habitual y continuo de combustible y demás enseres necesarios para la realización de los transportes de droga a gran escala con destino a las costas peninsulares.
En los distintos episodios acreditados a lo largo de la investigación, los agentes han detectado que al menos habrían suministrado a las organizaciones en torno a 5.000 litros de combustible, del tipo gasolina, lo que supone, además, delitos de contrabando en su transporte.
De igual manera, el instituto armado ha constatado el transporte de un tripulante o piloto para el relevo en una de las narcolanchas en alta mar.
Durante el inicio de la investigación se constató cómo miembros de la organización investigada acumulaban gran número de garrafas en la cabina de una embarcación deportiva utilizada para estos menesteres, atracada en el Puerto Noray de Melilla, a la espera de ser requeridos para suministrar el combustible a las embarcaciones utilizadas para el narcotráfico.
Como consecuencia de esa «negligente acción», el pasado 13 de noviembre se produjo una fuerte explosión en la embarcación, debido a la acumulación de gases en su interior, cuando los investigados procedían al acopio de combustible en el camarote.
Según la Guardia Civil, la deflagración puso en peligro la vida o integridad física de los propios causantes, así como del resto de viandantes que se encontraban en las zonas aledañas del atraque de la embarcación, por lo que a los detenidos se les imputa también los delitos de estragos y riesgo provocados por explosivos y otros agentes.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha desarrollado la investigación, cuya fase de explotación se llevó a cabo la pasada semana en la ciudad autónoma con dos registros domiciliarios.
Los agentes intervinieron una embarcación, 4.320 litros de gasolina, cuatro vehículos de alta gama, diversos teléfonos móviles, material electrónico de última generación y documentación de interés. EFE
A.M.