Varios asistentes a la manifestación de la izquierda independentista con motivo de la Diada, que impulsa la CUP con otras organizaciones, han quemado fotos de los presidentes del Gobierno y la Generalitat, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, y han reclamado al Govern que no haga ningún «pacto» con el Estado.
Con el lema «Ni pactos ni renuncias: la lucha es el único camino», la marcha ha arrancado pasadas las 18:30 horas en la plaza Urquinaona de Barcelona, el mismo sitio donde una hora antes había empezado la manifestación organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
La manifestación ha transcurrido sin incidentes destacados, más allá de la quema de la foto de Sánchez y Aragonès; el lanzamiento de aviones de papel con los logos de ERC, JxCat, PSOE y Podemos, y algunas pintadas en establecimientos de firmas como el Banco Santander y el Mercadona.
Antes de empezar a andar, diputados de la CUP como Carles Riera y Eulàlia Reguant han repartido carteles azules entre los asistentes contra la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat: «No a la ampliación del aeropuerto. Emergencia climática, destrucción del territorio, emisiones de CO2, precariedad», decían las pancartas.
En este sentido, durante la marcha algunos de los participantes han efectuado pintadas en contra del proyecto de ampliación del aeródromo barcelonés.
También han gritado consignas como «poder popular», «Las calles serán siempre nuestras», «Generalitat la paciencia se ha acabado» y «Esquerra y JxCat la paciencia se ha acabado».
En el transcurso de la misma, un grupo de diez o quince participantes han hecho pintadas en algunos locales comerciales pertenecientes a empresas como el Banco Santander o Mercadona.
En declaraciones a los medios al inicio de la convocatoria, el portavoz del secretariado nacional de la CUP, Edgar Fernández, ha advertido al Gobierno catalán de que el «marco político» que están creando no concuerda con el pacto de investidura firmado con ERC al inicio de la legislatura.
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