Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos ocurrieron el 25 de noviembre de 2019, cuando F.M.C. llegó a la vivienda que compartía con su madre y encontró al que había sido su pareja sentimental «aporreando la puerta» y gritando para que saliera.
En ese momento se entabló una discusión entre el acusado y la expareja de su madre, que se encontraba afectado «por el consumo de sustancias alcohólicas y otras sustancias tóxicas» y al que el acusado «comenzó a darle golpes en el rostro» haciendo que cayera al suelo, donde «siguió dándole más golpes y patadas por el cuerpo».
Añade el fiscal que la mujer salió entonces de la vivienda y que su excompañero se dirigió a ella «para agredirla» al tiempo que le «escupía con sangre», de tal forma que el joven siguió forcejeando con él hasta que un vecino logró separarles.
A consecuencia de la pelea, el hombre sufrió diversos hematomas y contusiones en la cara y en los brazos, además de «fractura de los arcos costales laterales 3º al 8º», cuyos extremos fracturados penetraron en la cavidad torácica, con un «edema alveolar y desgarros en el polo superior del bazo».
Tras los hechos, continúa el escrito del fiscal, el fallecido acudió al Centro de Salud de Torrent (Valencia), donde fue detenido debido a su imputación por un delito de lesiones contra su expareja, «y desde dicho Centro de Salud le remitieron al Hospital General de Valencia, donde se negó a que se le practicara una radiología en la parrilla costal».
Al día siguiente (26 de noviembre) fue llevado en calidad de detenido al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Torrent, donde se celebró un juicio rápido en el que fue puesto en libertad tras dictarse una sentencia de conformidad que «le condenó por un delito de lesiones contra la mujer».
No obstante, tras la celebración del juicio el hombre falleció al regresar a su casa «debido a un ‘shock’ hipovolémico a consecuencia de la rotura del bazo sufrida el día anterior».
La abogada del joven autor de las lesiones, Silvia Moya, ha explicado a Efe que solicita su absolución porque confluyen varios factores en los hechos, primero que «actúa para defender a su madre, única y exclusivamente», y después que fue el propio fallecido quien se negó a que se le practicaran las pruebas que hubieran evitado el fatal desenlace.
En opinión de Moya, su defendido «es un chico introvertido, muy buen chaval y un buen hijo que ha defendido a su madre, y ha actuado igual que cualquier persona cuando presencia una agresión», por lo que considera que «no es justa la pena» que se solicita para él.
Por su parte, F.M.C. ha señalado en declaraciones a Efe que aquel día forcejeó con el fallecido cuando lo encontró aporreando la puerta de su madre y cuando «él se tira a agarrarla del cuello».
Ha afirmado que «volvería a defender» a su madre porque «si no la hubiese defendido, no sé lo que habría podido pasar. No me siento culpable, lo volvería a hacer porque defender a tu madre es lo normal».
En opinión de fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de lesiones en concurso ideal con un delito de homicidio por imprudencia, por lo que solicita para F.M.C. tres años de prisión. EFE
A.M.