La Policía Nacional de Elche (Alicante) investiga cómo pudo llegar un kalashnikov, un famoso fusil de asalto habitualmente presente en conflictos bélicos, a manos del homicida detenido el 30 de diciembre en Elche, un delincuente común de nacionalidad española sin vínculos conocidos con mafias organizadas.
El arma en cuestión fue incautada a un joven de 21 años que tenía antecedentes por delitos comunes y que es el principal sospechoso de haber disparado mortalmente -con una pistola- el día de Navidad a Yolanda, una joven paraguaya de 25 años.
Con este fusil, también conocido como AK-47, disparó el homicida a varios policías -sin causar heridos- tras atrincherarse con cuatro rehenes en un domicilio de Elche antes de ser detenido el 30 de diciembre.
La notable potencia y también el contundente sonido de este fusil automático sorprendió a los agentes que se enfrentaron al detenido, y su aparición en un entorno de delincuencia común preocupa a la Policía, que ha abierto una investigación secreta sobre el origen de esta arma, según han confirmado a EFE fuentes conocedoras de este operativo.
No es la primera ocasión que la Policía de la provincia de Alicante se enfrenta a delincuentes armados con este tipo de fusiles automáticos o que se incauta de armas de esta naturaleza, aunque hasta ahora estos hallazgos han guardado relación con mafias organizadas.
En octubre de 2011 un grupo formado por tres hombres armados con kalashnikov asaltaron una joyería en pleno centro de Alicante. En la huida se inició un tiroteo con la Policía Nacional en el que falleció uno de los atracadores.
Los otros dos fueron detenidos, uno en las inmediaciones de un centro comercial y el otro en una gasolinera de Castellón cuando trataba de huir a Francia. Ambos fueron juzgados y condenados en 2014 a penas de 70 y 63 años, y la Policía vinculó a estos hombres con la mafia marsellesa.
El pasado lunes se produjo la detención de once personas como supuestas encubridoras del homicida de Elche que se encontraba en posesión del AK-47, y en esta operación se encontró tanto la pistola con la que supuestamente se cometió el crimen como un cargador de kalashnikov, 44 gramos de heroína, 24 de cocaína y otras cantidades de marihuana.
Los investigadores sospechan que este grupo de personas que encubrió al asesino de Yolanda pudo esconder la pistola tras el crimen.
Asimismo, han averiguado que dicha pistola fue denunciada como extraviada por un militar residente en Murcia.
Las fuentes consultadas por EFE indican que, si bien es posible la modificación de armas de forma ilícita para convertirlas en automáticas o aumentar su potencial, la presencia de un fusil de estas características, habitualmente usado en guerras, no es en absoluto habitual en España, y mucho menos en un ámbito de delincuencia común.
Por ello, la Policía Nacional centra su esfuerzo en averiguar cómo ha podido llegar el arma hasta Elche y conocer si pudiese haber otras similares en el mercado ilícito.
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