El Jurado que ha juzgado durante la última semana en la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife al ciudadano alemán Thomas Handrick lo ha declarado culpable de los asesinatos de su mujer y de su hijo de 10 años y de la tentativa de asesinato de su otro hijo, que consiguió escapar.
El veredicto considera probado que el acusado mató con alevosía a su esposa, Silvia, y con alevosía y ensañamiento a su hijo Jacob, ya que les causó «un tremendo sufrimiento». Durante el juicio, los médicos forenses indicaron que probablemente utilizó para acabar con sus vidas una piedra de 8,5 kilos de peso que se encontró en la cueva del municipio de Adeje donde sucedieron los hechos.
La Fiscalía ha reiterado su petición de prisión permanente revisable por el asesinato del niño, 25 años por el asesinato de Silvia y 25 años por la tentativa de asesinato del hijo menor.
Los hechos se produjeron el 23 de abril de 2019 durante el viaje que Silvia y sus dos hijos realizaron desde Alemania a Tenerife para visitar a Thomas, que residía por temporadas en la isla y del que ella se encontraba en trámites de separación.
Con la excusa de encontrar unos regalos, Handrick los llevó de excursión a una zona aislada del monte y en la que se encontraba la cueva donde, según los hechos probados, golpeó de forma sorpresiva primero a su mujer y después al mayor de sus hijos.
El pequeño, Jonas, que en ese momento tenía siete años, consiguió huir y anduvo unos cuatro kilómetros durante seis horas hasta llegar a una zona habitada donde fue encontrado por una vecina.
El jurado popular considera en su veredicto culpable a Thomas Handrick del intento de asesinar a Jonas, ya que, según la Fiscalía, creyó que el niño moriría en su huida.
El veredicto del jurado también añade a los dos asesinatos y a la tentativa de asesinato el agravante de parentesco y rechaza las eximentes esgrimidas por la defensa del acusado de perturbación mental o de un trastorno mental transitorio debido a la medicación que tomaba por una dolencia crónica en la espalda.
Durante el juicio, el fiscal y las acusaciones ejercidas por la familia de las víctimas y el Instituto Canario de Igualdad coincidieron en que la huida de Jonas desbarató un crimen planificado al detalle y que «estuvo a punto de salirle bien» a Thomas Handrick, y también han apuntado a un posible móvil económico.
Mientras, el abogado de la defensa insistió en que su cliente padeció un trastorno mental transitorio y cuestionó la validez del testimonio del superviviente y único testigo, Jonas, que el día de su declaración afirmó que vio como su padre agredía a su madre y a su hermano y huyó por un sendero distinto al utilizado para llegar a la cueva.
Tras la lectura del veredicto, la acusación particular ha pedido 25 años de prisión por cada uno de los asesinatos y 15 años por la tentativa de matar al hijo menor, mientras que el Instituto Canario de la Mujer, personado en la causa como acción popular, solicita los mismos años salvo en la tentativa de asesinato, para la que demanda 20 años.
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