Según han informado este jueves fuentes policiales, el detenido, vecino de la víctima, ha reconocido su autoría en la declaración policial, y se ha detenido a una segunda persona por encubrimiento de los hechos.
Hace casi un año, el 25 de marzo de 2020, se halló en el interior de su domicilio en León el cuerpo sin vida de una mujer de 65 años que era la propietaria de un bar y de todo el inmueble en el que residía.
La víctima, que fue encontrada por uno de sus hijos tendida en el suelo de su dormitorio, presentaba múltiples heridas por arma blanca.
En el piso no se encontraron señales de robo ni forzamiento en las entradas o accesos, y ninguno de los vecinos manifestó haber oído ruidos extraños o discusiones en el domicilio.
Tampoco se tenía constancia de que la fallecida tuviera enemistades, ni se detectaron sospechosos en las inmediaciones del domicilio.
Tras las primeras gestiones, se consideró como hipótesis de trabajo que el autor o los autores pertenecían necesariamente al entorno cercano de la víctima ya que o bien les había facilitado la entrada o disponían de las llaves del domicilio.
Los agentes analizaron los vestigios en la escena del crimen y en el cuerpo y ropa de la víctima al tiempo que se practicaban declaraciones testificales y entrevistas, y se obtenían muestras atribuidas de ADN para cotejar con los resultados que se iban obteniendo.
Como resultado de estos análisis se comprobó la correspondencia de restos biológicos de la escena del crimen con el perfil genético del detenido.
El hallazgo de su perfil en la vivienda y en la ropa de la víctima contradecía sus propias manifestaciones como testigo, y, además, los vestigios compatibles con su perfil genético se hallaron en zonas en las que había tocado el autor del crimen.
También llamó la atención de los investigadores la actitud colaboradora del detenido y la información que aportó, que, a la vista de las pruebas obtenidas, se consideran intentos de desviar la atención para evitar que las sospechas recayeran sobre él.
Con esta información se procedió a su detención ante la existencia de indicios o pruebas racionales suficientes que le señalaban como responsable.
A continuación se realizaron sendos registros, tanto en su domicilio actual como en el que residía en el momento de los hechos, justo en el piso superior al de la víctima.
El arrestado, con asistencia letrada, reconoció en declaración haber sido el autor de los hechos y facilitó datos concretos compatibles con las pruebas e indicios reunidos a lo largo de las actuaciones.
Posteriormente, los agentes detuvieron a una segunda persona por encubrimiento ya que era conocedora de la comisión del homicidio y realizó declaraciones manifiestamente dirigidas a ocultar la identidad del autor. Los dos arrestados cuentan con antecedentes policiales. EFE
A.M.