Según el veredicto, Zihrayr Abrahamyan y la víctima quedaron en un descampado para resolver un conflicto que tenían y, a traición, el procesado le disparó cinco tiros, sin que tuviera posibilidad alguna de defenderse.
El jurado popular considera probado, en virtud de los testigos que han declarado en la vista oral, que el empresario era extorsionado por un grupo de personas de nacionalidad armenia, entre las que estaba el acusado y que, el 17 de julio, dos meses antes del crimen, éste le dio un puñetazo en plena calle delante de su inmobiliaria.
A pesar de que el 10 de septiembre Abrahamyan fue a ese mismo negocio a pedirle disculpas a la víctima, ésta se sentía profundamente ofendida, quería «venganza» y dijo a su entorno que solucionaría el problema «de hombre a hombre».
El jurado ha considerado que se trató de un asesinato, porque el empresario, que llevaba un puño americano en el bolsillo, no tuvo ni tiempo de sacarlo y murió a tiros -dos en la cabeza cuando ya estaba en el suelo sin posibilidad de defenderse-.
Por unanimidad, se ha concluido que, el 13 de septiembre de 2012, Zihrayr Abrahamyan quedó con la víctima en un descampado de Lloret de Mar armado con una pistola y, en cuanto le vio, efectuó un primer disparo a través de la puerta del vehículo que conducía.
Luego, rodeó el automóvil, volvió a apretar el gatillo y, cuando el empresario ya estaba en el suelo, lo remató de dos últimos tiros en la cabeza.
El jurado sitúa el crimen en el descampado entre las 19:32 y las 19:41 horas por las imágenes de las cámaras de vigilancia, por las llamadas entre víctima y acusado, por el testimonio de amigos del primero y por unas huellas coincidentes con el coche del segundo que se encontraron en el lugar.
Tras el crimen, el acusado “huyó apresuradamente” de Lloret de Mar, sin que el jurado haya creído su versión de que lo hizo porque su mujer descubrió que tenía una amante.
El veredicto también le ha declarado culpable de un delito de tenencia ilícita de armas, ya que ejecutó a la víctima con una pistola cuando carecía de licencia.
El jurado se ha mostrado contrario a que, en caso de que se dieran los requisitos necesarios, se le suspenda la pena o se le indulte.
A partir del veredicto emitido, el fiscal Víctor Pillado ha mantenido la petición de 22 años de cárcel para el procesado y la defensa ha solicitado la pena mínima para ambos delitos.
La Audiencia ha acordado el ingreso en prisión del acusado tal y como ha solicitado la fiscalía por riesgo de fuga antes de que se dicte la condena, y los Mossos d’Esquadra le han trasladado a un centro penitenciario. EFE
A.M.