El ministerio público se ha opuesto al recurso que presentó Gómez Iglesias contra la condena que le impuso la Audiencia de Madrid por hacerse pasar por un cargo público en su viaje a Ribadeo (Lugo) para reunirse con el presidente de Alsa en agosto de 2014, según informa la Fiscalía General este viernes.
Fue condenado a tres años de prisión por un delito de usurpación de funciones públicas y otro de cohecho activo, con las atenuantes de anomalía psíquica y dilaciones indebidas. Junto a él fue sentenciado a la misma pena un cabo de la Policía Municipal de Madrid que le acompañó en el viaje.
La Fiscalía, que llegó a pedir para él 17 años de cárcel, considera que el tribunal no ha vulnerado ninguno de los derechos que invocaba su defensa en el recurso.
Afirma que en aquel viaje el joven «se arrogó ilegítimamente una función pública» de colaborador de la Casa Real en su función de relacionarse institucionalmente con otras entidades o «bien alternativa o simultáneamente, la de asesor de la Vicepresidencia en su función de relacionarse con la real casa».
Invocó dicha condición, de modo que, en opinión de la Fiscalía, que sostiene que Gómez Iglesias llevó a cabo «actuaciones falsarias, secuencialmente concatenadas», hizo «actos propios» de una función pública «ilegítimamente asumida».
«Por un lado, el acusado carecía indudablemente de la condición de colaborador de la Real Casa o del Gobierno, y por otro lado, su actuación le atribuía públicamente un carácter oficial que no ostentaba», añade.
Rechaza también que se haya producido una lesión de la tutela judicial efectiva del condenado al estar la sentencia profundamente motivada y apoya asimismo la condena de cohecho, delito presente en la contratación del cabo de la Policía Municipal para un servicio de escolta del convoy que le trasladó a Ribadeo.
La sentencia de la Audiencia de Madrid consideró probado que Gómez Iglesias «padece un trastorno de la personalidad con características narcisistas y de rasgos inmaduros», así como un trastorno adaptativo con sintomatología ansioso-depresiva, situación que le condicionaba la percepción de la realidad, limitando levemente sus facultades cognitivas».
También ha sido condenado por falsificar un DNI para que un amigo se hiciese pasar por él en la prueba de selectividad de 2012, mientras que en 2016 fue absuelto de un delito de injurias y calumnias contra el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Tiene dos juicios más pendientes. EFE