En el juicio, que ha comenzado este martes en la Audiencia de Barcelona y se desarrollará a puerta cerrada durante cuatro jornadas, la Fiscalía también pide para el acusado más de 29.800 euros en indemnizaciones.
El ministerio público, en su escrito provisional, describe que las siete víctimas son mujeres prostitutas con las que el procesado, presuntamente, quedó con ellas y las drogó sin su consentimiento para abusar de ellas o robarles las pertenencias de valor que portasen encima.
El acusado, prosigue la Fiscalía, presuntamente abusó de la primera víctima el 30 de octubre de 2018, después de quedar con la mujer a través de una página web de servicios de prostitución y llevarla a un inmueble de su propiedad.
El hombre, dice el ministerio público, la narcotizó «con ánimo libidinoso» con una bebida que contenía una mezcla de diversos fármacos idónea para privarla de su sentido y, aprovechándose de esa situación, abusó de ella sin su consentimiento; también le robó a la víctima su teléfono móvil y 320 euros que tenía en efectivo.
La primera víctima fue hallada en la calle, tumbada en una cuneta, con claros signos de que alguien había abusado sexualmente de ella.
El ministerio público reitera que, víctima tras víctima, el presunto abusador utilizó el mismo modus operandi para aprovecharse sexualmente de más mujeres que se dedicaban a la prostitución: quedaba con ellas, las drogaba para anular su voluntad y, una vez las sustancias habían surgido efecto, abusaba de ellas y les robaba.
Los delitos que imputa la Fiscalía al procesado son de diferente grado: con algunas presuntamente efectuaba tocamientos sin el consentimiento de ellas, mientras que con otras llegó a penetrarlas y a infligirles daños físicos de gravedad.
Para drogar a las víctimas, el acusado utilizaba una mezcla que contenía cafeína, ibuprofeno, anfetamina, metanfetamina, paracetamol y diversos tipos de éxtasis, entre otras sustancias.
Tras ingerir esa mezcla y ser presuntamente abusada por el procesado, esa mujer, que era la quinta víctima del acusado en dos meses, tuvo que ser ingresada en un hospital durante una noche por los efectos de esas sustancias.
El 16 de enero del 2019, el procesado intentó abusar de su última víctima: quedó con la mujer a través de una página de prostitución, la drogó y la llevó hasta el inmueble de su propiedad.
No obstante, ese día, los Mossos d’Esquadra estaban haciendo labores de vigilancia en el inmueble donde estaban ocurriendo los hechos y pudieron sorprender al acusado antes de que consumara ningún abuso sexual sobre la que ya era, presuntamente, su séptima víctima en apenas tres meses.
Por su parte, la defensa ha explicado a Efe que pedirán la libre absolución del procesado, ya que los presuntos abusos sexuales que apunta la Fiscalía fueron, según el letrado del acusado, relaciones sexuales consentidas. EFE
A.M.