Lydia Carreño, joven empresaria y propietaria de una clínica de estética que abrió sus puertas el 4 de abril de 2022 en el barrio de Las Tablas de Madrid, nos cuenta que unos ladrones le han robado todo lo que tenía, destrozando además su centro de belleza. Sólo un mes más tarde de la apertura, ha sufrido un robo por parte de unos delincuentes que aprovecharon la oscuridad de la noche y la poca vigilancia de la zona, para perpetrar un delito y destrozar los sueños de una mujer, que ha decidido abrir su negocio con mucha dedicación y esfuerzo, rompiendo sus sueños de convertirse en su propia jefa y de poder dar trabajo a numerosas personas.
Ella misma declara «me había costado mucho tiempo y todos mis ahorros para poner en marcha el negocio, teniendo en cuenta las dificultades y pocas ayudas que hay en España cuando se quiere emprender». Por ello la impotencia y la rabia es aún mayor, sobre todo en un momento muy complicado con el coste de la vida subiendo y los precios de la luz y el gas disparados.
Según su testimonio «probablemente conocían que ese fin de semana estaba fuera de Madrid y casi con toda seguridad, habían acudido anteriormente a la clínica porque sabían perfectamente donde estaba cada cosa«. Ella misma nos advierte que hay que tener cuidado con lo que se publica en redes sociales y no dar muchos detalles tanto personales como profesionales para evitar estos desgraciados acontecimientos, ya que «los criminales siempre están al acecho».
Lo que se conoce hasta ahora, ya que la investigación está bajo secreto para no entorpecer la labor policial, es que al menos dos atracadores encapuchados, rompieron la cerradura de la clínica Dorsia de una zona tranquila de la capital, para acceder a su interior y llevarse todo lo que pudieron. Entre otras cosas, consiguieron sustraer los productos utilizados para el tratamiento de medicina estética(ácido hialhurónico, toxina botulínica, peelings, vitaminas, etc.).
Desgraciadamente aparte de desvalijar todos estos tipos de tratamientos, detrajeron dinero en efectivo, rompieron la alarma, arrancando el cuadro eléctrico y provocando múltiples destrozos en las instalaciones, generando importantes pérdidas económicas, aparte del susto y la intranquilidad para los trabajadores y vecinos de la zona. Los miembros de la Policía Nacional cuando acudieron al aviso de alarma no encontraron a los ladrones puesto que ya habían huido.
El lugar donde se produjo el suceso, es una zona tranquila, residencial con pequeños negocios, donde viven familias de clase media con hijos, que en la mayoría de los casos se han ido a vivir allí por tratarse de un barrio relativamente nuevo alejado del ruido del centro de la capital. La Policía Científica tuvo que acudir al día siguiente del robo, para tomar huellas, analizar las cámaras de seguridad del interior del local y de negocios colindantes para tratar de capturar a los malhechores.
Afortunadamente el número de delitos de la zona ha disminuido en los últimos años, pero no han desaparecido del todo, por lo que los empresarios y ciudadanos que residen en Las Tablas, han pedido más presencia policial para evitar este tipo de actos criminales y mayor seguridad.
Lydia confía en que den con los autores para intentar recuperar lo que le robaron y sobre todo para que no cometan estos actos en otros negocios o propiedades.